Los expertos concluyen que la ira y la irritabilidad pueden ser signos de depresión o ansiedad por lo que si es una fuente habitual de problemas o aparecen otros síntomas es recomendable hablar con un psicólogo.
La ira es una emoción que varía en intensidad dependiendo de la magnitud del estímulo que la haya producido. Puede ser desde una simple irritación hasta una rabia exacerbada.
Como toda emoción, implica cambios fisiológicos y biológicos que incluyen el aumento del ritmo cardiaco, de la presión sanguínea y de los niveles de adenalina y noradrenalina.
Según señalan desde la web "American Psychological Association" (APA por sus siglas en inglés) la forma natural e instintiva de expresar la ira es a través de la agresividad.
Dado que la ira es una una respuesta natural y adaptativa ante las amenazas que promueve sentimientos y conductas que nos permiten luchar y defendernos cuando somos atacados, se puede considerar que un poco de ira es necesaria para la supervivencia, según los psicólogos estadounidenses.
El sitio web de la Asociación Canadiense de Salud Mental (www.cmha.ca), una de las organizaciones de voluntariado más antiguas de Canadá, elaboró una lista en la que menciona algunas estrategias útiles para controlar y superar la ira, sentimiento que en ocasiones nos bloquea y puede hacer que dañemos a personas que queremos e incluso a nosotros mismos.
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