Según la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA) solo se cuenta con 600 camas para 60 mil adictos que existen en la actualidad.
Luego del terrible incendio que se produjo el último sábado en el centro de rehabilitación “Cristo es amor” de San Juan de Lurigancho y que dejó 27 muertos, se han tejido bastantes proposiciones acerca de cuáles son los puntos a tomar en cuenta antes de internar a un familiar en una comunidad terapéutica.
“Las personas deben cerciorarse de que los centros de rehabilitación donde van a dejar a sus parientes sean formales y cuenten con todas las autorizaciones de ley”, afirmó en RPP Noticias, Edgar Bendezú, presidente de de la Red Nacional de Comunidades Terapéuticas del Perú.
Según la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA) solo se cuenta con 600 camas para 60 mil adictos que existen en la actualidad. Una cifra que no cubre ni el 30 % de las necesidades de la población con problemas de drogas.
“Cuando la desesperación se apodera de los familiares, no se toman el tiempo de ni siquiera entrar a los centros de rehabilitación y ver cómo son por dentro. Y esto trae fatales consecuencias como la que se produjo en Cristo es Amor”, dijo Bendezú.
Además, el presidente de la Red Nacional de Comunidades Terapéuticas del Perú indicó que si una persona quiere que su pariente ingrese a una comunidad terapéutica debe saber que los gastos no serán muy baratos y que debe buscar algo adecuado a su bolsillo.
“Lo medianamente barato no garantiza la buena atención y la buen ayuda psicológica que pueda necesitar el adicto para que su pronta rehabilitación. Las familias deben tener mucho cuidado”, puntualizó Bendezú.
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