Esta medición es realizada por el tiempo de exposición al sol. Como los niños juegan más al aire libre, reciben más radiación a lo largo del año, detalla el Instituto Nacional de Salud del Niño.
Los daños a la piel por la exposición al sol, sin una protección adecuada son bien conocidos, pero en los niños el riesgo es mayor. Se estima que un niño recibe tres veces más radiación ultravioleta por año que un adulto si se tiene en cuenta que jugar en espacios abiertos es uno de los más grandes placeres de la infancia, explican especialistas del Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja-INSN SB.
La exposición solar en periodos críticos de la infancia y adolescencia es determinante porque con el trascurso del tiempo puede desarrollar un cáncer de piel, por lo que los padres de familia deben tener en cuenta algunas recomendaciones antes de exponer a sus hijos a los rayos solares.
La Dra. Karem Zavala, dermatóloga del INSN San Borja, afirmó que la ropa es la primera línea de defensa para evitar los efectos adversos de la radiación solar, sugiriendo el uso de ropa de colores claros, tejido tupido (algodón), telas sueltas, pantalón, polo, camisa (manga larga).
Además se recomienda el uso de sombreros de ala ancha, gafas o lentes de sol y caminar por zonas de sombra pues el sol refleja en agua, arena y paredes pintadas de blanco. Beber abundante agua y consumir alimentos que contengan antioxidantes, vitaminas C, A y E, que está en la fresa, limón, zanahoria, aceite de girasol, verduras, frutas, etc.
Según la especialista, lo ideal es evitar la exposición solar del bebé los primeros seis meses de vida, y mejor aún en el aún durante el primer año, ya que su piel es muy sensible y hay el riesgo de que se queme o pueda sufrir alguna insolación.
Por otro lado, el uso regular de fotoprotectores (bloqueadores) puede reducir la incidencia de cáncer de piel hasta en un 78 por ciento.
El bloqueador se debe aplicar 30 minutos antes de exponerse al sol para que la piel lo absorba y logre el efecto de protección. Asimismo reaplicarlo cada 2 o 3 horas y al salir del mar, la piscina o luego de secarse.
Existen bloqueadores especiales para niños, que pueden aplicarse a partir de los 6 meses. Debe ser de factor 50 a más, protección UVA y UVB, contener filtros físicos (óxido de titanio y óxido de zinc), libre de PABA (conservante de bloqueador)y sin perfume porque puede producir alergias en la piel de los niños.
“El mejor bloqueador es aquel que deja el efecto pantalla (blanco como mimo), no aquellos que se absorben fácilmente en la piel”, dijo la doctora Zavala.
La exposición solar en niños puede ocasionar quemaduras solares, reacciones foto alérgicas, aceleración del envejecimiento, enfermedades oculares, cataratas, y neoplasias cutáneas.
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