Dr. Giácomo Mancini, traumatólogo. Las lesiones del futbolista son numerosas, las más comunes son probablemente los desgarros y distensiones, sobre todo de cuádriceps, isquiotibiales y pantorrillas; y los esguince o torceduras, sobre todo de rodilla o tobillo.
Dr. Giácomo Mancini, traumatólogo de SANNA Centro Clínico La Molina.
Finalmente la fiesta del fútbol ha llegado. Después de un largo período de restricciones por pandemia y a pesar de todas las controversias alrededor de la sede, el Mundial Qatar 2022 está aquí, con la posibilidad de ver lo mejor de las estrellas del fútbol actual y durante algunos minutos poder olvidarnos de las preocupaciones de lo cotidiano, para dejarnos llevar un poco por las emociones de los partidos del llamado deporte rey.
En la búsqueda de dar lo mejor y llevar a lo máximo su desempeño en un evento que se da cada 4 años, probablemente veremos lo que es el pan de cada día de los jugadores de fútbol, y con lo que lidian permanentemente en sus ligas regulares, las temidas lesiones. Sin ir muy lejos, y sin haber iniciado el mundial, nos perderemos la actuación del actual Balón de Oro, Karin Benzema quien sale de baja por un desgarro del cuádriceps durante los entrenamientos iniciales, y pues sí, las lesiones pueden ocurrir en el fragor de la batalla en pleno partido, o simplemente entrenando.
Las lesiones del futbolista son numerosas, las más comunes son probablemente los desgarros y distensiones, sobre todo de cuádriceps, isquiotibiales y pantorrillas; y los esguince o torceduras, sobre todo de rodilla o tobillo.
En el caso de los esguinces de rodilla la cosa se puede complicar un poco, ya que la torcedura de esta estructura puede ser el origen de lesiones relativamente graves, como la ruptura del ligamento cruzado anterior y desgarros de meniscos; y otras menos graves como la lesión del ligamento colateral medial.
La ruptura del ligamento cruzado anterior son 5 palabras que aterrorizarían a cualquier futbolista, siendo una lesión grave, ya que este ligamento es un estabilizador importantísimo de la rodilla, puesto que evita que la tibia se traslade hacia adelante con respecto al fémur, y su ausencia conlleva al deterioro o desgaste precoz de la rodilla; por lo tanto es una lesión que requiere cirugía, sobre todo en personas jóvenes y activas, y mucho más en atletas con la finalidad de que retornen a la práctica de su disciplina deportiva; aunque lamentablemente muchos de ellos no recuperarán su nivel después de esta lesión. Futbolistas conocidos como Radamel Falcao, Xavi Hernandez, Diego Costa, Sami Khedira y Zlatan Ibrahimovic saben muy bien lo que es pasar por sala operatoria debido a esta lesión, y más aún estar 6 meses o más de baja, sin la total certeza de ser los mismos de antes.
La cirugía para reparar esta lesión normalmente se basa en reconstruir, es decir colocar un ligamento nuevo en la misma posición del original, a partir de un injerto que se puede obtener del tendón rotuliano, de los tendones de la denominada pata de ganso o del tendón del cuádriceps, entre otros; y que al integrarse, es decir al cicatrizar harán la misma función del ligamento nativo y proporcionan estabilidad a la rodilla, obviamente luego de un cuidadoso periodo postoperatorio que incluye una rehabilitación exhaustiva, orientada en recuperar la normalidad de todos los movimientos y la fuerza muscular, factor importante para que la rodilla vuelva a trabajar con normalidad.
Es así que si esta lesión ocurre en deportistas de élite, es mucho más probable que nosotros, deportistas aficionados, podamos incurrir en la misma al tener menos preparación. La “pichanguita” de los fines de semana son el escenario perfecto para que esto ocurra, ya que las personas que se dedican a realizar cualquier actividad deportiva solo una vez a la semana tienen muchísima más posibilidad de lesionarse, precisamente al no contar con el acondicionamiento y la musculatura adecuada para resistir la exigencia de un juego completo, sin contar con los cambios bruscos propios del fútbol o la posibilidad de un contacto fuerte por parte de alguno de nuestros rivales. Por eso, algo que le recomiendo a nuestros pacientes, sobre todo los que juegan fines de semana, es la posibilidad de hacer deporte cardiovascular, al menos 3 veces por semana, para mejorar la resistencia y el desempeño muscular, disminuyendo la posibilidad de tener un desgarro o torcedura.
Entonces, quedando todavía 3 semanas de fiesta futbolera y siendo un hecho que los partidos aficionados aumentan durante el mundial, tratemos de jugar con cuidado y con la preparación necesaria.
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