El optimista ve lo bueno en lo malo, la luz en la oscuridad. No es ingenuo o iluso, todo lo contrario, ser optimista no es nada fácil.
“Sé positivo”, “Tienes que ver las cosas más positivamente”, “Mira el lado bueno”, “Sé optimista” y un extenso etcétera de frases hechas que conviven en nuestro día a día. Sin duda, los consejos de ser optimista se han convertido en un cliché. ¿Es tan fácil ser optimista?. Si lo es, ¿por qué no lo somos todos?.
Una cosa es cierta, ser optimista y positivo es el mejor camino para superar problemas más eficazmente. Nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras acciones van unidas de la mano. Si pensamos en positivo, crearemos sentimientos positivos que nos llevarán a acciones positivas y la unión intrínseca de estos tres factores nos llevará a una acción con mayores probabilidades de éxito.
El optimista ve lo bueno en lo malo, la luz en la oscuridad. No es ingenuo o iluso, todo lo contrario. Ser optimista no es nada fácil. Es muy complicado ver “lo bueno” en la pérdida de un familiar. Muchos dirán “¿qué hay de bueno en esa tragedia? La vida es injusta y cruel”. Y lo es también. La vida es infinitamente bonita e infinitamente cruel, eso no va a cambiar nunca, pero el ser positivo te ayudará a recorrer el camino de esta tragedia con mayor capacidad. Una persona positiva, en la situación anterior, tendrá que pensar en lo afortunada que ha sido en poder tener recuerdos con esa persona que acaba de perder, por ejemplo. Pensar en positivo aquí, implicaría ser dichoso de poder haber amado a este familiar que ya no está. Otros muchos no han tenido la posibilidad de compartir con seres queridos.
La pérdida es muy grande, pero es muy grande porque hubo amor. Ese amor ha creado momentos, recuerdos, que ahora se convierten en añoranza, y estos recuerdos y momentos son eternos, existirán siempre. Aquí está la esencia del positivismo, ver lo bueno en lo malo. Vas a seguir extrañando a esta persona que ya no está, vas a seguir añorando todos los momentos que han compartido, pero de una manera especial, con más amor y aceptación a pesar del dolor.
No subestimes la capacidad de poder pensar en positivo. Si posees esta habilidad, utilízala. Si crees que no la posees, fórmate en ella, todos podemos aprender a ver la vida con una mirada positiva. Si solo no puedes, pide ayuda. Está claro que es de locos intentar una y otra vez ser de una manera que no somos. Eso está condenado al fracaso, salvo mínimas excepciones que con fuerza de voluntad lo han logrado. En otros casos hay que aprender incluso a generar esta fuerza de voluntad para empezar el cambio.
Un ejercicio simple es hacer una autobservación y autoregistro de lo que piensas durante una semana. Cada día anota tus pensamientos y mira si son negativos o positivos. Si tienes más pensamientos del tipo negativo, entonces es probable que le falten dosis de positividad a tu vida. Mirar hacia adentro te vuelve consciente y, si estás consciente, despiertas hacia nuevas realidades. Una persona no es positiva o negativa de manera determinante, siempre podemos cambiar. Ser positivo, pensar de forma optimista, es una habilidad y como cualquier otra, puede ser aprendida.
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