Mal uso de antibióticos: ¿Amoxicilina para el resfrío?

Lamentablemente es demasiado frecuente en la práctica clínica diaria, escuchar decir a nuestros pacientes que acuden con síntomas de un resfrío, que “sólo están tomando amoxicilina”, pero ¿saben ustedes para qué sirve exactamente la amoxicilina?, ¿saben cuáles son las implicancias del uso indiscriminado de antibióticos y sin la indicación adecuada?, ¿pueden creer que acciones como esta le afecta no solamente a usted, sino también al futuro de sus hijos y de la humanidad?

Pues sí, así de grave y dramático es el problema.

La amoxicilina es un ANTIBIÓTICO, es decir es una sustancia que elimina organismos, específicamente BACTERIAS.

Un resfrío común, un dolor de garganta, una faringitis, la gripe, la bronquitis, entre otras infecciones respiratorias son producidas en su mayor parte por VIRUS, es decir el uso de antibióticos para una infección viral no está indicado y tomarlos puede provocar más daños que beneficios.

En general el mal uso de antibióticos para cualquier infección sea respiratoria, urinaria, intestinal, etc. es un grave problema que aqueja al mundo.

Pero ¿cómo así usar antibióticos de forma indiscriminada puede ser tan grave?

La amoxicilina es un antibiótico de la familia de la penicilina, el primer antibiótico usado en el mundo hace casi 80 años, su descubrimiento es un ícono en la historia de la medicina, desde entonces los antibióticos han salvado millones de vidas, sin embargo, su uso indiscriminado está originando que se pierda esta arma poderosa contra las enfermedades.

La mayoría de las personas que vienen a la consulta tomando antibióticos los usan de forma inadecuada, es decir, no tenían la necesidad de usarlos, no los toman en la dosis, horario, ni días completos. En la mayoría de los casos han recibido la indicación en una farmacia o por el consejo de algún familiar o amigo.

Esta forma de medicarse hace que perdamos los antibióticos porque genera resistencia en las bacterias, lo que quiere decir que el medicamento mal usado ya no sirve porque la bacteria se hace más fuerte, por lo que tendremos que usar antibióticos más potentes, luego las infecciones pueden ser más graves e incluso intratables pudiendo causar la muerte del paciente, transmitirse a otras personas y generar grandes costos tanto para los pacientes como para la sociedad.

La pérdida de efectividad de los antibióticos como la amoxicilina, el ciprofloxacino, el cotrimoxazol (entre los más usados), y muchos otros no se compensa. Se han descubierto nuevos antibióticos, pero nada nos asegura que sean totalmente eficaces contra las formas más peligrosas de algunas bacterias resistentes. Estamos ante un futuro sombrío, pues las nuevas generaciones tendrán que hacer frente a infecciones ultra super resistentes.

Lamentablemente en nuestro país no hay un adecuado control de la venta de medicamentos sin receta médica, hecho que empeora el problema.

El estado debe adoptar medidas para promover el uso de los antimicrobianos de manera apropiada y eficaz; prohibir su dispensación sin la prescripción o receta de un profesional de la salud calificado; mejorar las prácticas para prevenir la propagación de las infecciones y la consiguiente propagación de agentes patógenos resistentes.

La responsabilidad comienza con los pacientes, debemos tomar conciencia de esta grave situación y la responsabilidad personal de cada uno de nosotros. Como vemos, el problema no es tan simple, implica un cambio de mentalidad, una forma de prevención a corto, mediano y largo plazo