Actualmente, existe una amplia gama de productos que prometen dientes blancos y brillantes, sin embargo su uso inapropiado puede lesionar las encías, advierte especialista.
El tono de los dientes constituye una característica innata, ya que viene condicionada por la genética, esta tonalidad depende del grosor y calidad del esmalte (que es casi transparente) y del color y calidad de la dentina de cada diente; es decir, que el color final de las piezas dentarias es la expresión de la calidad y tonalidad de las estructuras anatómicas que las constituyen.
Según la doctora Tatiana Quevedo, especialista de la clínica Tamayo, existe una serie de factores que pueden alterar el color inicial de las piezas dentales con el que la naturaleza los ha dotado. Entre ellos, el paso de los años, que es un proceso fisiológico, pero también otros que podemos prevenir de forma sencilla.
"La mala higiene bucal es una de las causas de aparición de manchas sobre el esmalte y del oscurecimiento de los dientes. Por ello es importante cepillarse los dientes tras cada comida y el uso de la seda o hilo dental", indicó la experta.
Además, precisó que se debe evitar el consumo excesivo de café, té, tabaco, vino tinto, chocolate y de bebidas gaseosas, sustancias que pueden oscurecer nuestros dientes. "Algunos medicamentos que contienen tetraciclina, tienen entre sus efectos secundarios el de provocar tinciones dentales", agregó.
Actualmente, existe una amplia gama de productos que prometen dientes blancos y brillantes. Sin embargo, la especialista advierte que el uso inapropiado de dichos productos, que son dispensados sin receta médica, puede lesionar las encías, ya que con frecuencia son muy agresivos.
"El blanqueamiento dental es un proceso clínico que trata de conseguir que se aclaren entre 2 y 3 tonos. Si una persona se blanquea demasiado los dientes puede sobrepasar el punto de saturación del color y su dentadura dejará de parecer natural", advirtió.
Tatiana Quevedo indicó que, el blanqueamiento más recomendado es el realizado en los consultorios, ya que muchos cuentan con un sistema de luz halógena y láser.
Tanto la luz halógena como el láser ayudan a acelerar la reacción química facilitando la penetración de la sustancia blanqueadora en el diente. Sin embargo, con el sistema láser es necesario proteger las encías, los labios y los ojos, para evitar quemaduras, ya que el láser eleva la temperatura del material colocado sobre el diente hasta los 60º C.
"El mes posterior a estos tipos de blanqueamietos, se debe evitar el consumo de cítricos, té, café, gaseosas oscuras, chocolate, vino tinto, bebidas carbonatadas, tabaco, comidas con mucho colorante. Siguiendo estas recomendaciones y manteniendo una correcta higiene bucal, el color obtenido tras el blanqueamiento puede mantenerse durante 2 ó 4 años, dependiendo de cada paciente", finalizó Quevedo.
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