Después de realizar el piercing hay que mantener bajo observación la oreja para asegurarse de que no presente heridas o inflamación y que los agujeros no expulsan un líquido amarillento. Si se produce cualquiera de estos síntomas y no desaparece con rapidez, hay que acudir a un dermatólogo inmediatamente.
Ya sea por elección personal o para un hijo pequeño, hacerse un "piercing" en la oreja es una práctica que cada vez gana más popularidad entre los jóvenes. Sin embargo, cuando deciden hacerlo, es importante considerar hacerlo en un lugar seguro y confiable así como tener ciertos cuidados una vez hecho.
Aunque solo lleva unos pocos minutos al día mantener sanas las orejas con un "piercing" reciente y representa un riesgo mucho menor que perforarse otras partes del cuerpo, si no se tiene en cuenta algunos cuidados, pueden surgir complicaciones.
Por ello, la web de la American Academy of Dermatology elaboró un artículo en el que menciona las características que debe ofrecer el establecimiento donde realice el "piercing", así como algunas sugerencias para prevenir infecciones una vez que se haya realizado.
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