Debemos ser conscientes de que estas conductas trasgresoras, además, son imitadas por nuestros hijos, lo cual pone en riesgo su salud y la de las personas vulnerables.
Es importante separar nuestros deseos de libertad y sensación de bienestar promovida por el cambio de estación, de la existencia del virus. El verano llegó, pero la pandemia no acabó, está allí y es sabido que existen repuntes de contagios asociados a conductas de riesgo e irresponsabilidad, como las llamadas “fiestas COVID” o reuniones que pasan el toque de queda y la cantidad de personas permitidas.
Debemos ser conscientes de que estas conductas trasgresoras, además, son imitadas por nuestros hijos, lo cual pone en riesgo su salud y la de las personas vulnerables. Por eso es importante poder pensar más allá del propio egoísmo y ponerse en el lugar del otro, de aquella persona que sí respeta o que está en una situación de riesgo o incluso ha perdido a un ser querido.
A estas alturas resulta vital que podamos tener en cuenta los detalles mencionados y no caer en conductas omnipotentes e irreales o en una completa negación de que la pandemia no existe y por ende es imposible que se contagien.
Durante estos meses ha habido personas esforzadas por mantener los protocolos y contribuir a frenar el virus, mientras que todo ese esfuerzo se ha visto malogrado por personas con conductas mezquinas e irresponsables. Aparentemente el recobrar ciertas libertades de antes ha dado la sensación de que se trató de un mal sueño, el tema es que la pesadilla continua, y lamentablemente el cambio en la solidaridad y empatía que demostramos como comunidad no ha permanecido, por el hecho de que ya no nos vemos del todo afectados y, por ende, la importancia se ha diluido y nuevamente a aflorado el egoísmo hacia el prójimo.
Sin lugar a dudas muchos continúan siendo solidarios y eso creería viene de base o de aprendizaje de la vida que no cambiará, sino que permanecerá y trascenderá entre los suyos.
Por ello, es importante que renovemos la apuesta a una salida colectiva y solidaria de esta circunstancia penosa que como sociedad y humanidad nos toca vivir. La pandemia aún continúa y esto exige de nosotros un gesto empático y colaborador con la situación trágica que afronta nuestro país, la responsabilidad y la llave para superar esto está en las manos de cada uno de nosotros.
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