El cáncer de páncreas avanza silenciosamente y, en muchos casos, se diagnostica en etapas avanzadas, lo que compromete significativamente el pronóstico del paciente. ¿Qué factores aumentan el riesgo de padecerlo y cómo se decide el camino a seguir una vez detectado?
El páncreas es un órgano esencial que desempeña funciones vitales tanto en la digestión como en el control hormonal del organismo. Por un lado, secreta enzimas que ayudan a descomponer y digerir los alimentos, como las harinas, las carnes y las grasas. Por otro lado, cumple una función endocrina al producir insulina y glucagón, dos hormonas fundamentales para el control de los niveles de azúcar en la sangre. De esta manera, el páncreas cumple dos funciones principales: una función digestiva y otra hormonal.
El cirujano oncólogo Ramiro Fernández, en conversación con RPP, explicó que este órgano se encuentra ubicado en una zona profunda del abdomen, específicamente en la parte posterior del mismo, detrás del estómago, en un espacio conocido como retroperitoneo. Debido a esta localización tan interna y protegida, muchas veces resulta difícil detectar a tiempo enfermedades relacionadas con el páncreas, como los tumores.
Uno de los principales retos del cáncer de páncreas es precisamente su diagnóstico tardío. Al encontrarse en una región donde no provoca síntomas evidentes en sus etapas iniciales, un tumor puede desarrollarse durante un largo periodo sin ser detectado. Cuando finalmente genera señales perceptibles, generalmente ya se encuentra en un estadio avanzado, lo que complica significativamente el tratamiento y reduce las posibilidades de recuperación.
El páncreas tiene una forma alargada que recuerda a una lengüeta, y se divide en tres partes principales: la cabeza, el cuerpo y la cola. La cabeza del páncreas está en contacto con la vía biliar, que es el conducto encargado de transportar la bilis hacia el intestino. Esta cercanía con la vía biliar explica por qué, en algunos casos, un tumor pancreático puede provocar obstrucciones. Por su parte, el cuerpo y la cola del páncreas están más alejados de estas estructuras, lo que también puede influir en la forma en que se manifiestan los síntomas.
¿Quiénes tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer de páncreas y cómo se define su tratamiento?
De acuerdo con el Dr. Fernández, el cáncer de páncreas, aunque no es uno de los más comunes, sí es más frecuente en personas mayores de 65 años. Sin embargo, esta enfermedad no es exclusiva de este grupo etario. Según el doctor Ramiro Fernández, existen varios factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollarlo, siendo el tabaquismo el más significativo. La obesidad también representa un riesgo importante, así como tener antecedentes familiares de cáncer de páncreas, aunque estos últimos casos representan menos del 10 % del total de pacientes diagnosticados.
El tratamiento del cáncer de páncreas depende de varios factores que deben ser evaluados cuidadosamente. El primero es la anatomía del tumor, es decir, su ubicación y su relación con los órganos cercanos. Es fundamental determinar si el tumor está invadiendo vasos sanguíneos esenciales, como las venas y arterias que irrigan el intestino y que se conectan con el hígado. El segundo factor es el estado general del paciente, ya que no todos están en condiciones de someterse a cirugías o tratamientos intensivos como la quimioterapia. Por último, se debe considerar la biología del tumor, evaluando si existen indicadores como el marcador tumoral CA 19-9 elevado, que puede señalar una enfermedad más agresiva.
Para decidir el enfoque terapéutico adecuado -dice Fernández- los casos se analizan de manera multidisciplinaria. Cirujanos oncólogos, médicos oncólogos y especialistas en radioterapia se reúnen para evaluar si el paciente puede recibir el tratamiento estándar, que incluye cirugía combinada con quimioterapia.
Uno de los grandes desafíos del cáncer de páncreas es su alta letalidad. El doctor Fernández advierte que muchos pacientes no sobreviven por periodos prolongados, justamente porque el diagnóstico suele realizarse en etapas avanzadas, cuando el tumor ya se ha extendido o ha comprometido órganos vitales. Aunque la incidencia de este tipo de cáncer en el Perú no es tan elevada, su índice de mortalidad es de los más altos entre las enfermedades oncológicas, debido a la dificultad de detectarlo a tiempo y a la agresividad con la que avanza.
Ante esta realidad, el especialista hace un llamado a la conciencia y a la prevención. Subraya la necesidad de educar a la población sobre la importancia de realizarse chequeos médicos regulares, incluso en ausencia de síntomas. Aclara que el cáncer no surge de manera espontánea, sino que suele ser el resultado de hábitos poco saludables acumulados a lo largo de los años. Por eso, la prevención debe enfocarse en mejorar el estilo de vida desde etapas tempranas.
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