Suprimiendo dos proteínas presentes en el organismo se puede evitar el desarrollo de esta enfermedad, lo que podría favorecer a crear nuevos tratamientos.
La acumulación excesiva de grasa en el hígado es una de las enfermedades más frecuentes en las sociedades occidentales, casi el 30% de la población adulta puede padecerla y actualmente existen pocas alternativas terapéuticas para tratar este mal. La buena noticia es que científicos españoles han descubierto ahora una nueva diana para poder tratarla.
El hígado graso o esteatosis puede estar causada en ocasiones por la obesidad, la diabetes o la ingesta excesiva de alcohol y sus consecuencias pueden ser graves, ya que puede provocar cirrosis y fallo hepático, favorecer el desarrollo de diabetes e incluso promover el cáncer hepático, explica el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).
En un artículo publicado en la revista EMBO Journal, el equipo dirigido por Guadalupe Sabio describe que actuar sobre las proteínas p38 gamma y p38 delta mediante fármacos específicos podría convertirse en un tratamiento adecuado para el hígado graso. Cabe mencionar que los hígados de pacientes obesos presentan niveles elevados de estas dos proteínas.
Así pues, los investigadores realizaron experimentos en ratones que no poseían las proteínas p38 gamma y p38 delta en todo el organismo, y a los que alimentaron con dietas especiales que producen hígado graso. Sin embargo, estos animales no desarrollaron la enfermedad, constató el equipo.
Luego, los investigadores hicieron lo mismo en ratones que carecían de estas dos proteínas pero esta vez en células inflamatorias y también observaron que estos roedores estaban protegidos frente al hígado graso.
"Esto indica que la falta de estas dos proteínas en las células inflamatorias era la responsable de la protección frente al hígado graso", afirmó Guadalupe Sabio.
En concreto, los científicos constataron que al eliminar las proteínas de las células inflamatorias, un tipo concreto de estas células, los neutrófilos, no podrían llegar al hígado: la migración de los neutrófilos es necesaria para la aparición del hígado graso.
"Hemos demostrado que las proteínas p38 gamma y delta son necesarias para esta migración y, por tanto, en los animales que carecen de ellas los neutrófilos no pueden llegar al hígado e iniciar el proceso de la enfermedad para provocar hígado graso".
Para Sabio, "este descubrimiento no solo ayuda a lograr una mejor comprensión de los mecanismos implicados en el desarrollo de la enfermedad, sino que además podría favorecer el desarrollo de tratamientos para la misma y también, algo muy relevante, para prevenirla".
EFE
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