Hay algunas enfermedades o mutaciones genéticas capaces de generar coloraciones mucho menos habituales en los ojos.
Negros, marrones, azules, los ojos son objeto de atracción y hay hasta quienes dicen que son el espejo del alma. El color de ellos depende de una combinación de melanina con otros pigmentos. Sin embargo, no son los únicos factores que entran en juego.
Tal y como descubre la bitácora “Cooking ideas”, algunas enfermedades o mutaciones genéticas son capaces de generar coloraciones mucho menos habituales que crean miradas absolutamente cautivadoras. A continuación, resumimos los cinco tonos más extraños:
Verde: Aunque todos conocemos a alguna persona con este color de ojos, solo el 2% de la población mundial posee esa tonalidad en los ojos.
No obstante, su concentración es más frecuente en países como Hungría e Islandia y en algunos grupos étnicos de Asia como el pastún, al que pertenecía Sharbat Gula la chica iraní que en junio de 1985 protagonizó una de las portadas más famosas de la revista “National Geographic”.
Ámbar: Este tono amarillento, originado por la predominancia de lipocromo en el iris, puede encontrarse varios países europeos, así como en Brasil o algunas zonas de Asia. Los médicos no han encontrado una explicación genética para esta “extravagante” y poca usual coloración de las pupilas.
Violeta: Este color, famoso mundialmente gracias a la mirada de Liz Taylor, se produce debido a una mezcla de tonos rojos con reflejos azules, que dan como resultado un "irreal" azul muy intenso. Es frecuente en personas afectadas de albinismo, aunque también se han dado casos en personas que no padecen de esta condición.
Negro: Los ojos negros son aquellos en los que resulta prácticamente imposible diferenciar el iris de la pupila. Esta casualidad puede deberse a que el color del iris sea de un marrón tan oscuro que parezca negro, o a que la persona en cuestión sufra aniridia, una enfermedad que provoca la casi total ausencia del iris.
Como informa abc.es solo el 1% de la población posee este color de ojos, que es relativamente común en personas de ascendencia africana, asiática y en indígenas americanos.
Rojo: Es el color menos frecuente de todos y se da en personas que padecen albinismo. En los casos más severos el iris carece completamente de melanina, por lo que los rayos solares lo atraviesan y reflejan la hemoglobina de los vasos sanguíneos de la retina, lo que les da ese característico tono rojo.
Quienes poseen este color de ojos suelen sufrir fotofobia y enfermedades como estrabismo, miopía o astigmatismo.
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