Su vida llena de desgracias constantes la torturó desde pequeña. Si bien es hasta ahora una figura mundial, nunca tuvo bienestar en su salud mental.
Descubre el canal de podcast Espacio Vital en RPP Player.
“La vida en rosa” es quizá su composición musical más conocida en la que rinde culto a una vida llena de amor. Pero más que ser una obra musical que refleje su vida, representa lo que siempre deseó, pero nunca mantuvo. La cantante francesa Edith Piaf siempre tuvo episodios constantes de desgracias que fueron minando su salud mental.
La artista nació en París el 19 de diciembre de 1915. La desdicha la afectó tanto que hasta influenció en su aspecto físico. En realidad, no se apellidaba “Piaf”, es un apodo francés, el cual significa “ave frágil y pequeña”.
Desde pequeña fue abandonada por su madre en una primera vez, luego por su padre. La abuela paterna fue la que finalmente la alojó en su hogar, un burdel. Piaf fue criada por las prostitutas parisinas.
Ya cuando alcanzó la adolescencia cantaba en las calles para ganarse la vida. Sin embargo, dos años después padeció una de sus más grandes desdichas, la muerte de su hija Marcela por meningitis. Luego de eso, el estrés postraumático jamás cicatrizaría.
“Eso la marcó permanentemente. En 1935 fue descubierta por un dueño de un restaurante mientras cantaba en las calles. En tan solo un año se convirtió en estrella”, contó en el programa La Rotativa del Aire, el Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta.
Como ya se mencionó, siempre que algo positivo le sucedía en la vida, de manera inmediata le pasaba alguna desgracia, y esta vez no fue la excepción. En 1936 el dueño del restaurante que la llevó al estrellato fue asesinado y se acusó a la propia Edith Piaf de ser la autora. Pese a todo, su carrera despegó a nivel mundial luego del término de la Segunda Guerra Mundial.
En 1947 fue a Nueva York y conoció al boxeador Marcel Cerdan, su más grande amor, pero él murió luego en un accidente de aviación en 1949. Esta situación la llevó a la depresión que quiso aliviar con alcohol y barbitúricos.
En 1951 sufrió tres graves accidentes automovilísticos lo que la llevaron a otra adicción: la morfina. Edith Piaf finalmente murió el 10 de octubre de 1963 de insuficiencia hepática a los 47 años.
“Se dice que también tuvo un tipo de cáncer, pero no especificado. Su procesión fúnebre fue conformada por más de 40 000 personas. Fue enterrada en París junto a su hija Marcela.
Comparte esta noticia