Tras un experimento con gusanos, científicos de la Universidad de California comprobaron que una pequeña cantidad de azúcar los lleva a envejecer más rápido y vivir menos.
Una dieta baja en calorías y azúcar ayuda a vivir más y mejor, según aseguraron hoy en una conferencia en Washington varios científicos que lideran una investigación en EE.UU. sobre cómo retrasar el envejecimiento y prolongar la vida.
Cynthia Kenyon, directora del Centro sobre la Biología del Envejecimiento, de la Universidad de California en San Francisco, es una de las defensoras de esa receta básica tras comprobar que el dar "solo una pequeña cantidad de azúcar" a los gusanos con los que experimenta los lleva a "envejecer más rápido y vivir menos".
"Eso sugiere de forma muy clara que el azúcar reduce la esperanza de vida", señaló hoy Kenyon, quien sigue desde 2008 una dieta baja en hidratos de carbono, lo que probablemente explique su visible delgadez.
La científica calificó de "increíble" el que mucha gente, sobre todo en EE.UU., no sepa lo que es bueno comer y adelantó que el campo de la nutrición será "cada vez más respetado" entre los científicos en las décadas venideras.
Ana María Cuervo, una doctora de origen español que codirige el Instituto sobre el Envejecimiento de la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York, y que investiga cómo reparar el daño que sufren las células con el paso del tiempo, cree también que una dieta saludable y el ejercicio son cruciales para retrasar la vejez.
"Uno de los principales activadores del sistema de limpieza celular es la reducción de calorías", explicó hoy Cuervo, quien añadió que la glucosa, por el contrario, ejerce un efecto negativo sobre ese proceso.
Los procesos de limpieza están en marcha y funcionando en todas las células y son clave para un buen funcionamiento celular, pero su eficacia disminuye con la edad lo que se asocia con las enfermedades neurodegenerativas que se manifiestan en la última etapa de la vida.
Por el momento, los estudios para tratar de alargar ese saludable proceso se realizan en ratones, pero la doctora Cuervo espera que los experimentos puedan comenzar en breve en humanos.
"Uno de los estudios que estamos haciendo es mirar compuestos que ya están aprobados y ver si alguno de ellos podría activar este sistema en humanos", explicó a Efe Cuervo.
Se trata de comprobar, según Cuervo, si compuestos que se utilizan, por ejemplo, para controlar la tensión pueden ayudar con la demencia.
"Si alguno de estos compuestos da buenos resultados el proceso de pasar a la clínica son tres o cuatro años comparado con diez años que llevaría si es una molécula nueva", añadió.
La experta mencionó que algunos compuestos como el resveratrol, que se encuentra en las uvas y en productos derivados como el vino, ha dado resultados "muy buenos" en pruebas con animales y podrían ayudar a retrasar la aparición de dolencias degenerativas como el Alzheimer o la enfermedad de Parkinson.
Los expertos reunidos hoy investigan cómo alargar la vida y evitar la enfermedad desde distintos frentes.
Kenyon se centra en investigar cómo la mutación de genes puede afectar la longevidad, mientras que Cuervo estudia cómo frenar el proceso de degradación celular.
Otros expertos como Stephen Johnston, director del Centro para la Innovación en Medicina de la Universidad de Arizona, trabajan en el desarrollo de una vacuna para prevenir el cáncer y en la detección temprana de enfermedades.
"La detección temprana representará un nuevo paradigma y es concebible a corto plazo", explicó Johnston, quien dijo que el próximo paso será la prevención y la aparición de fármacos para manipular el proceso de envejecimiento.
Aubrey de Grey, otro experto en envejecimiento, centra sus esperanzas en la medicina regenerativa.
Grey explicó hoy que el cuerpo humano es una "máquina" y que al igual que un automóvil podría pasar por un proceso regular de reparación y puesta a punto que prolongue una existencia en buen estado.
Los datos muestran que la prolongación de la vida es ya una realidad.
Así, Ted Fishman, autor de un libro sobre el envejecimiento de la población mundial, indicó hoy que en el año 2000, había 180.000 centenarios en el mundo. Este año son ya 450.000 y se espera que en 2050 la cifra supere los tres millones.
"Vivimos momentos mágicos", afirmó hoy Fishman, en referencia a la posibilidad de prolongar "el inusual regalo que es la vida". EFE
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