En los últimos años, los problemas de salud mental en niños han ido en aumento y se han convertido en una preocupación para familias y profesionales. Frente a este panorama, algunos expertos y estudios comienzan a considerar nuevas formas de apoyo. ¿Podría el ejercicio físico convertirse en una herramienta eficaz dentro del tratamiento psicológico infantil?
Aunque durante mucho tiempo se pensó que la depresión y la ansiedad eran problemas exclusivos de los adultos, la evidencia actual demuestra que estos trastornos también afectan de manera significativa a la población infantil. Incluso después de la pandemia, se ha visto un alarmante aumento de estos trastornos en los niños.
De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud (Minsa), en el año 2022 se atendieron en el Perú a casi 250 mil personas por cuadros de depresión y ansiedad. De ese total, el 17.2 % de esos pacientes eran niños, lo cual evidencia que estos trastornos son frecuentes no solo en adultos, sino también en menores de edad.
Los tratamientos convencionales para la depresión y la ansiedad en niños incluyen la evaluación y el acompañamiento de un profesional de salud mental. Tal como explica el doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, las principales estrategias terapéuticas se basan en la psicoterapia (conversaciones con el especialista) y, en determinados casos, el uso de medicamentos. Este enfoque se aplica en niños, adolescentes y adultos por igual.
En este contexto, un grupo de investigadores australianos y británicos ha desarrollado un estudio con el objetivo de analizar el impacto del ejercicio físico como herramienta complementaria en el tratamiento de la salud mental infantil. Esta investigación fue publicada en la revista Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry.
Para responder a esta pregunta de investigación, los especialistas realizaron una revisión exhaustiva de los estudios existentes sobre ejercicio y salud mental en niños. Luego, aplicaron criterios rigurosos para seleccionar solo los más confiables. Así, eligieron 21 estudios de gran escala que en conjunto analizaron datos de casi 38 mil niños.
Los resultados fueron prometedores: los investigadores encontraron que el ejercicio puede generar una mejora de hasta un 45 % en los síntomas de depresión y de un 39 % en los síntomas de ansiedad. Este impacto fue clasificado como un "efecto moderado", pero lo suficientemente relevante como para considerarlo un complemento valioso a los tratamientos convencionales.
En conclusión, el ejercicio no solo beneficia la salud física de los niños, sino que también podría convertirse en un apoyo clave en el tratamiento de su salud mental.