Es un mal casi imperceptible que recién da señales en su estado más grave.
Una dupla que trabaja en silencio, así son los riñones. La función que entre ellos realizan es fundamental: filtrar los desechos y el exceso de agua de la sangre a través de la orina. El problema es cuando uno o ambos fallan y la enfermedad se detecta en un estado muy avanzado.
La insuficiencia renal crónica es un mal casi imperceptible que recién da señales en su estado más grave. "Pasan años y tus amigos te ven pálido, te sientes cansado y tienes las piernas hinchadas en las mañanas. Vas al médico pero ya es muy tarde", señala Elmer Huerta, asesor médico de RPP Noticias.
Un análisis de sangre y de orina al menos una vez al año es recomendable para la detección precoz y el tratamiento oportuno. Un aumento en los niveles de creatinina (desechos que fabrican los músculos) advierten que los riñones no están funcionando bien. “El valor normal es hasta 1.2 y 2 es altísimo, 10 o 12 indica que los riñones hace meses que no funcionan", anota Huerta.
Tratamiento
Las opciones son la diálisis o el trasplante, cuando la falla es total. Con la primera alternativa el paciente no tiene calidad de vida, pues depende de una máquina de hemodiálisis que haga las veces de un riñón artificial y el procedimiento es costoso; o está la diálisis peritoneal, una membrana que recubre el abdomen y permite limpiar la sangre.
El trasplante, por su parte, implicaría -según cifras del Seguro Social- la posibilidad de recuperación de 6 mil de 10 mil pacientes. "La persona recupera íntegramente su calidad de vida a diferencia de la que se hace diálisis tres a cuatro veces por semana", señala Carlos Carvallo, gerente de EsSalud del Área de Trasplante.
Recuerda que también existe la oportunidad del donante vivo, todo depende de que el riñón sea compatible con el del receptor.
Mitos
- Es falso que el dolor en la cintura, el ardor en las manos o el mal aliento sean síntomas de un daño renal. "En el 95 % de veces que uno tiene dolor lumbar, la causa es un dolor musculo esquelético", aclara el médico nefrólogo Christian León.
- Un riñón enfermo, no enferma al otro. "Los daños suelen ser anatómicos, como un cálculo o una obstrucción en las vía urinaria baja, que pueden ser resueltos. En las enfermedades sistémicas como la diabetes o la hipertensión arterial, sí se afectan los dos riñones".
- Se puede vivir con un solo riñón. "Las personas que donan a los pacientes con insuficiencia renal en diálisis, viven tranquilamente con un riñón, su calidad de vida es adecuada y no tienen riesgos mayores que la población en general.
Recomendaciones
Evitar el consumo excesivo de sal, alimentos embolsados y dulces. Además, aumentar la ingesta de líquidos, frutas y verduras.
Y también es importante controlar la presión arterial, pues cuando los niveles se elevan a 139/89 o 140/90, es probable que ocurra daño renal.
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