Existen mitos relacionados a que vivir con un gato puede volverte infértil. Los especialistas lo descartan.
Las personas que prefieren a los gatos de mascotas resaltan su independencia. A nivel mundial, el 23% de la población vive junto a los mininos, según una encuesta realizada por GFK en 22 países. Si bien hay mitos relacionados a la infertilidad a causa del contacto con gatos, esta no es cierta de acuerdo a los especialistas. Eso sí, los gatos pueden trasmitir enfermedades por parásitos o males relacionados al pelo del animal. Conozca un poco de ellas.
El médico infectólogo de Solidaridad Salud Jorge Sullón explica que la toxoplasmosis es la enfermedad más común trasmitida de gatos a humanos.
“Este mal se puede contagiar por contacto con las heces del gato, al limpiar su arena o recogerlas del suelo. Su consecuencia más grave es la ceguera, causada por la inflamación de la retina en uno o ambos ojos. A esa condición se le llama retinitis. La toxoplasmosis es una enfermedad que no tiene cura, pero puede ser controlada por antibióticos”, comenta.
El especialista menciona que esta enfermedad afecta sobre todo a las embarazadas. “Infecta al feto y puede producir encefalitis o problemas en los ojos, con complicaciones que podrían llevar a la ceguera”, afirma.
La infección por bacteria Bartonella henselae se adquiere en humanos por el rasguño o también por la mordedura de un gato. Esta causa inflamación de los ganglios a nivel de cabeza, cuello y extremidades superiores.
“Los pacientes con este mal presentan fiebre, dolor de cabeza, fatiga y pérdida del apetito. No se transmite entre humanos. Casi la mitad de los gatos son portadores de la infección en algún momento", sostiene.
La rabia es otra de las enfermedades más comunes que puede ser trasmitida por un gato. Se propaga por la saliva infectada a través de la mordedura del animal infectado.
"Es posible eliminar esta enfermedad vacunando a los gatos y evitando sus mordeduras", afirma Sullón.
En relación a los cuadros de asma, el pelo de gato funciona más como un alérgeno y no tanto como origen de esta enfermedad. “El pelo de los gatos puede incrementar la frecuencia de los episodios de asma. Los niños diagnosticados deben dormir alejados de ellos”, finaliza.
Comparte esta noticia