Ver borroso de lejos, cansarse al leer o notar que las letras se ven deformadas son señales que muchas veces pasamos por alto. ¿Sabías que estos síntomas podrían indicar un trastorno de la visión más común de lo que imaginas?
El doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, explicó en el programa Encendidos que existen tres trastornos comunes de la refracción visual que afectan a millones de personas en el mundo: miopía, astigmatismo y presbicia. Todos ellos tienen en común una alteración en la forma en que el ojo enfoca la luz, lo que impide ver con claridad a distintas distancias.
En primer lugar, el especialista indica que la miopía es la dificultad para ver con nitidez los objetos que están lejos. Las personas miopes pueden leer sin problemas de cerca, pero cuando se trata de identificar detalles a distancia, como señales, letreros o rostros lejanos, experimentan una visión borrosa.
En cambio, la presbicia es un problema visual que está directamente relacionado con la edad. Generalmente aparece después de los 40 años y se caracteriza por la dificultad para ver de cerca. Las personas con presbicia necesitan alejar los objetos o usar lentes para poder leer o realizar tareas que requieren visión próxima. Es muy común y afecta a un 80 % de la población a medida que envejece.
El astigmatismo, por su parte, implica una visión distorsionada tanto de cerca como de lejos. Esto se debe a una curvatura irregular en la córnea o el cristalino, lo que provoca que las líneas rectas se vean torcidas o borrosas. A diferencia de la miopía o la hipermetropía, el astigmatismo afecta la nitidez de las formas y los contornos.
El Dr. Huerta precisa que existe otro trastorno visual que es menos conocido, pero que también es frecuente: este se llama hipermetropía. En este caso, la persona puede ver bien los objetos lejanos, pero tiene dificultades para enfocar con claridad los que están cerca. A diferencia de la presbicia, que aparece con la edad, la hipermetropía puede estar presente desde jóvenes y es causada por una forma anormal del globo ocular.
Para identificar cuál de estos problemas afecta la visión, es fundamental acudir a un oftalmólogo o un profesional en optometría, quien mediante exámenes especializados puede ofrecer un diagnóstico preciso y la corrección adecuada, ya sea con lentes, anteojos bifocales o tratamientos específicos según el caso.
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