Padres deben fomentar comunicación familiar, especialmente tras dicho intento fallido.
Tras el esfuerzo de varios meses de estudiar para rendir su examen de admisión a la universidad o a algún instituto de educación superior, muchos adolescentes no logran acceder a una vacante. Esta situación puede generar reacciones emocionales negativas, ya que los jóvenes son un grupo etáreo especialmente vulnerable.
El psicólogo Milton Hernández Bustamante, del Hospital Hermilio Valdizán, dijo que postular, la universidad es una experiencia importante para nuestros hijos y representa un primer logro en su desarrollo.
Sin embargo, consideró que en algunos postulantes la presión familiar, la escasa preparación preuniversitaria y la falta de confianza en sí mismos, los llevan a experimentar intensa frustración, tristeza y sentimientos de culpa al conocer los resultados desaprobatorios.
Estas son reacciones que de no ser identificadas y tratadas oportunamente pueden dar lugar a síntomas de ansiedad y depresión que en mayor intensidad podrían conllevar a conductas autoagresivas o de riesgo. La comunicación familiar es importante para superar la crisis.
Es fundamental que se reafirme el afecto hacia los hijos empleando mensajes que les hagan entender que lo ocurrido formará parte de sus experiencias de vida y que por encima de los resultados estará presente en todo momento el apoyo permanente, manifestó el especialista.
Hernández Bustamante afirmó además que en todo proceso de admisión es importante considerar la evaluación previa de las aptitudes e intereses de los postulantes, a través de la Orientación Vocacional, pues esta herramienta les permitirá elegir la carrera en función de sus características individuales y el perfil profesional requerido.
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