El doctor Elmer Huerta habló en Espacio Vital sobre la eclampsia y la preeclampsia, dos complicaciones graves que pueden surgir durante el embarazo y que requieren un tratamiento adecuado para proteger la salud de la madre y el bebé.
La eclampsia es una complicación grave que suele presentarse en las etapas finales del embarazo y se caracteriza por la aparición repentina de síntomas que, si no se tratan adecuadamente, pueden derivar en complicaciones fatales para la madre y el bebé. Es crucial entender que todas las mujeres embarazadas están en riesgo de desarrollar eclampsia, por lo que es fundamental un monitoreo constante y un manejo adecuado para prevenir consecuencias peligrosas para ambos.
En tanto, la preeclampsia es una condición que generalmente ocurre antes de la eclampsia. Se estima que esta condición afecta alrededor del 5 % de los embarazos y su aparición se da después de las 20 semanas de embarazo.
Las mujeres que tienen mayor riesgo de desarrollar preeclampsia o eclampsia son aquellas con antecedentes de presión arterial alta mal controlada, mujeres con sobrepeso, aquellas que padecen prediabetes y aquellas que han experimentado este problema en embarazos previos. Estas condiciones aumentan la probabilidad de enfrentar complicaciones durante el embarazo, por lo que es esencial un monitoreo cercano y un manejo adecuado para prevenir la aparición de estas condiciones graves.
La preeclampsia consiste en un aumento repentino de la presión arterial de la mujer durante el embarazo, lo que puede provocar varios síntomas, siendo el más común el dolor de cabeza. Este dolor es un indicio precoz de la condición, por lo que se debe buscar atención médica de inmediato. A medida que el embarazo avanza, llegando a la semana 36, es posible que la mujer comience a experimentar hinchazón debido a la acumulación de líquido en el cuerpo.
Dado que la preeclampsia y la eclampsia son condiciones serias, es fundamental que la mujer se mantenga siempre atenta a cualquier síntoma y en comunicación constante con su médico obstetra para asegurar un diagnóstico temprano y un manejo adecuado.
Si una mujer embarazada presenta hipertensión e hinchazón en su cuerpo, es fundamental que acuda de inmediato a un médico. El tratamiento dependerá de la gravedad de la situación y de la evolución de los síntomas: en algunos casos, se optará por observarla para evaluar si es posible que continúe con el embarazo y dé a luz de manera natural, mientras que en otros casos, si los riesgos son elevados, se tomará la decisión de realizar una cesárea de urgencia para proteger la salud de la madre y el bebé.
"El hecho es de que esta preeclampsia es una complicación del embarazo de causa desconocida que ocurre más o menos en el 5% de los casos y que se manifiesta con un súbito dolor de cabeza y aumento de la presión arterial", precisó el doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP.
El doctor detalla que el 90 % de los casos de preeclampsia se presenta al final del embarazo, entre las semanas 37 y 39; sin embargo, el 10 % restante puede ocurrir mucho antes, incluso alrededor de la semana 20 o 22. En estos casos tempranos, se hace un esfuerzo por prolongar el embarazo lo más posible para dar tiempo al bebé de desarrollarse. No obstante, si la eclampsia sigue empeorando, es crucial actuar rápidamente, ya que la vida de la madre y el bebé podría estar en peligro, y se debe tomar una decisión médica urgente para garantizar su seguridad.
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