En Italia un hombre se desplomó luego de ver "El nacimiento de Venus" de Boticelli y reabrió el debate: ¿El "exceso de belleza" afecta a todos o solo a los que tienen una sensibilidad especial frente al arte?
¿La belleza del arte hace sufrir al corazón? El debate vuelve a ponerse sobre la mesa tras el reciente caso de un hombre de 70 años que sufrió un infarto tras contemplar “El nacimiento de Venus”, obra del pintor italiano Botticelli, en Florencia (Italia). Un grupo de médicos que visitaba la Galería de los Uffizi fueron quienes lograron salvar su vida con un desfibrilador que tenía la casa de arte en caso de emergencia.
Este no es primer caso que se presenta este año en el museo más visitado de Italia. De hecho, el fenómeno tiene un nombre: el Síndrome de Stendhal. Se llama así por el famoso escritor francés Henry Beyle (conocido como Stendhal), quien en 1871 visitó la basílica de la Santa Cruz, la cual le produjo la sensación de que “caminaba temiendo caer”, según cita el diario español El País.
La pregunta permanece. ¿Qué sucede en el cerebro cuando se contempla una obra de arte? ¿Puede realmente una persona desvanecerse ante la belleza de una obra maestra?
La neuroestética es la rama de la neurología que estudia cómo el cerebro percibe el arte y lo hace a través de estudios de resonancia magnética funcional, explicaa RPP Noticias el neurólogo David Lira, del Instituto Nacional de Neurociencias.
EL CEREBRO Y EL ARTE
El neurólogo manifiesta que la experiencia de lo bello puede activar aéreas cerebrales neocorticales como la corteza orbitofrontal medial y estructuras cerebrales como la amígdala y la ínsula. Mientras que cuando experimentamos algo sublime se activan los ganglios de su base, el hipocampo y el cerebelo.
“Estas áreas cerebrales activadas liberan, a su vez, neurotransmisores cerebrales como la dopamina, la serotonina y la adrenalina, las cuales brindan al ser humano las sensaciones de euforia, alegría irresistible y de bienestar”, sostiene Lira.
La liberación de los neurotransmisores mencionados líneas arriba produce el aumento temporal de la frecuencia respiratoria, de la presión arterial y del latido cardíaco. Pero el neurólogo David Lira asevera que esto lo pueden sentir solo las personas con una capacidad de sensibilidad adiestrada en el arte.
“Estas experiencias se ven incrementadas en las personas que tienen gusto por las obras de arte. No en cualquier persona. Y si tiene antecedentes de enfermedades cardíacas, respiratorias o predisposición al desmayo, pueden producir efectos más graves como el infarto cardíaco”, alerta.
Desde el punto de vista de la psicología, la obra de arte tiene la capacidad de producir este tipo de impactos letales en el ser humano cuando se le asocia a la memoria personal.
EL PODER DE LOS RECUERDOS
“Los efectos que puede producir una obra de arte sublime en la mente humana pueden estar directamente relacionados a un recuerdo. Esto origina un pensamiento específico que lleva a sentir y comportarse de determinada manera frente a lo que se observa. Las reacciones son diferentes en las personas”, complementa la psicóloga Karen Sánchez Estela del Centro Psicológico y Bienestar Emocional CreeSer.
Los mecanismos mentales que se activan al ver una obra sublime tienen que ver con la ansiedad, dice Sánchez. Estos producen mareos, taquicardia, sudoración y problemas estomacales.
Las palpitaciones, la sensación de que el tiempo trascurre lentamente, el adormecimiento y la sensación de levitar también son parte de los síntomas, agrega David Lira. Al parecer, sentir como que uno vuela al observar la belleza artística no está tan alejado de la realidad.
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