Los psicópatas establecen vínculos de confianza con sus víctimas. Conoce cuáles son las señales de alarma para identificarlos.
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Si bien no se puede hablar de un perfil del perpetrador de abuso sexual de menores, sí se puede mencionar características comunes de personalidad fácilmente reconocibles.
En febrero pasado una menor de 11 años fue encontrada muerta tras permanecer desaparecida por más de 24 horas. Dos días después, César Augusto Alva Mendoza, de 37 años, se declaró culpable de secuestrar, abusar sexualmente y asesinar a esta menor en San Juan de Lurigancho. Ahora, el caso de una niña abusada en un colegio de Chincha vuelve a encender las alarmas. ¿Cómo reconocer a un abusador sexual?
En el Perú hay 8097 presos por abuso a menores de edad, según cifras del Instituto Nacional Penitenciario (INPE). Lima es la región con la mayor cantidad de internos por abuso sexual a menores. Ciudades como Trujillo, Puno, Cuzco y Huancayo integran los primeros lugares de la lista.
De acuerdo con Humberto Castillo, psiquiatra y exdirector del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado - Hideyo Noguchi”, estos casos deben servir para tomar en cuenta las señales de alerta sobre abusadores con personalidades psicopáticas.
“Ya desde edad temprana se pueden detectar algunos rasgos que alerten sobre esta inclinación. La falta de empatía y compasión pueden ser señales de alerta en personas que puedan desencadenar actitudes violentas, como abusar de un menor”, comenta.
El especialista afirma que se pueden diferenciar dos tipos de abusadores: un abusador situacional, cuyas víctimas dependen de la oportunidad que se les presente para abusar; y el preferencial. Este último ubica, selecciona y contacta con las víctimas que son de su gusto. En este grupo se ubican los pedófilos, personas que tienen un comportamiento psicópata.
Si bien no se puede hablar de un perfil del perpetrador de abuso sexual de menores, sí se puede mencionar características comunes de personalidad fácilmente reconocibles.
- Establecen vínculos de confianza con sus víctimas. Las personas que cometen este delito no son lejanos al entorno del menor abusado. Algunas personas creen que las personas desconocidas son las que más potencial tienen cometer abuso sexual a nuestros hijos. Sin embargo, las estadísticas dicen lo contrario. “Lo cierto es que las personas del entorno cercano del niño y adolescente son las más proclives a cometer algún tipo de abuso”, comenta Humberto Castillo.
- Eligen a sus víctimas. Los abusadores actúan como asesinos en serie: siempre están atentos a su próxima víctima. Primero establecen una relación de confianza con los padres o hermanos de los menores. Luego, establecen una relación de confianza y supuesta amistad con ellos, aconsejándolos u ofreciéndoles algunas cosas. Muchos tardan meses en “trabajar” en esa relación, mientras que otros, a causa de la frustración, actúan de manera rápida.
- Frustración disfrazada de violencia. Una de las características más comunes en estos abusadores son los episodios de violencia y agresión presentes durante situaciones límite. Sin embargo, eso no implica que los agresores sean violentos todo el tiempo, ya que intentan mantener un carácter apacible que se convierte en una especie de carnada para las víctimas.
- La violencia es algo “natural”. En la historia de estos agresores, la agresión ha sido un factor constante. Situaciones de violencia familiar, bullying escolar e incluso abuso sexual forman parte de su pasado, por lo que agredir a sus víctimas resulta para ellos una forma “natural” de vivir.
- Culpan a la víctima. Los violadores tienden a justificar su enfermo accionar bajo las premisas de que las víctimas “provocaron” el abuso.
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