El mal forma parte del espectro autista y se caracteriza por la dificultad en la interacción social.
Robbie Williams confesó que cree tener el síndrome Asperger. Otras personalidades como Albert Einstein, Tim Burton, Franz Kafka, Jackie Chan y Bill Gates sí son Asperger, una condición del espectro autista que integra la lista de los males huérfanos.
Al igual que esos famosos, Eduardo Quintanilla de 27 años tiene ese diagnóstico. Periodista de profesión y apasionado de las artes, este joven peruano no considera su síndrome como una dificultad sino como un impulso para realizar sus sueños.
“Ha sido difícil tener Asperger pero no me ha impedido realizar metas, ha sido una condición que me ha permitido vivir muy apasionadamente y estar enfocado en las metas que me propongo”, comenta.
DIFERENCIAS DE AUTISMO Y ASPERGER
A diferencia del autismo, el Asperger se caracteriza por un alto nivel intelectual y una memoria brillante. La dificultad del mal está en la interacción social. La médico psiquiatra Diana Yuncar de Solidaridad Salud explica que es considerado como un trastorno generalizado del desarrollo, es decir, es una condición que nace con la persona y que persiste toda la vida.
“Aparece principalmente en la infancia, etapa donde es diagnosticada. Entre las señales de alerta está el pobre contacto visual y algunas alteraciones en el lenguaje, con palabras difíciles y habla rigida con abundantes detalles”, menciona la especialista.
Los gustos extraños y excéntricos también son características del Asperger. Eduardo, por ejemplo, cuenta que su condición lo ha llevado a desarrollar grandes pasiones por temas de su agrado.
“Mi vocación es el periodismo, la prensa. Es algo que siempre he querido, quiero comunicar. Además me gusta mucho la música y el arte. Lo más difícil es juntarme con gente que no entiende ni comparte mis gustos y que no comprende que soy apasionado con eso”, comenta.
EL PROBLEMA DE LA SOCIALIZACIÓN
La socialización es un tema difícil para los pacientes con Asperger. Yuncar comenta que ellos no comprenden las bromas ni los refranes, pues no tienen la capacidad interpretativa emocional suficiente para el campo del sarcasmo. “Mucha gente cree que son desobediente, pero no es así. Ellos no acatan las normas porque no las comprenden. El razonamiento lógico es el principio de su cerebro, ellos se dejan llevar por lo que la razón dice”, anota.
El Asperger puede observarse en niños. “En algunos casos, personas adultas no saben su diagnóstico y creen que tiene relación con algún tipo de retraso metal, cuando no es el caso”, explica.
En el caso de Eduardo Quintanilla su diagnóstico se dio en la infancia. Durante sus 27 años ha llevado tratamientos con psicólogos que le han enseñado técnicas de socialización para interactuar con las personas. Ser observador lo ayudó mucho.
“He aprendido a que debo mirar a la gente a los ojos (el poco contacto visual es característica del Asperger). Sé cuando alguien no quiere hablar mucho conmigo. Me he vuelto muy observador y atento a esas actitudes”, añade.
EL TRATAMIENTO
La psiquiatra comenta que el tratamiento de las personas con Asperger está integrada por procedimientos de muchas especialidades: terapia del lenguaje, ocupacional y cognitiva, así como aprendizaje de habilidades sociales. “En alguno casos se opta por fármacos, principalmente si hay cuadros de depresión, ansiedad o trastornos obsesivos compulsivos. Estos ayudan a afinar conductas repetitivas”, afirma.
La etapa escolar ha sido uno de los momentos más difíciles para Eduardo. El bullying fue parte de su adolescencia ya que sus compañeros de clase no entendían su condición. “En la primaria no fue tan traumático, los niños no me dejaban de lado por mi Asperger. Pero, en la secundaria sí. Hubo una situación límite: un día me botaron en un tacho de basura. A algunos si llegué a perdonar”, cuenta.
A QUIÉNES AFECTA
La condición afecta a 2 de cada 10 mil niños y principalmente la padecen varones, según la especialista. Si bien no se saben las causas que propician el Asperger entre las hipótesis que se manejan son están los factores genéticos, hormonales, bacterianas, neurobiológicas y neuronales.
“Es posible diagnosticar el Asperger por medio de imágenes de resonancia y pruebas funcionales. Además, si un bebé no tiene movimientos corporales, gestos y tiene problemas al usar bicicleta, trepar y correr”, finaliza la especialista.
Eduardo es uno de los pacientes diagnosticados con Asperger en el Perú, pero su condición no ha sido impedimento para lograr sus sueños. A sus 27 años, y con el apoyo de su madre y hermano, trabaja en un medio de comunicación, ayuda a mantener económicamente su hogar, está por licenciarse con una tesis en la universidad y su sueño es cubrir noticias de política en el extranjero. Un sueño que no se ve tan lejano.
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