El Vaticano dio instrucciones para que se mantenga la harina de trigo en la elaboración de las hostias para la Eucaristía.
Vivir bien
Hostia
La hostia que se emplea para celebrar la Eucaristía durante las misas católicas originalmente ha sido elaborada con pan ácimo (sin levadura) de harina de trigo, y así se deberá mantener por instrucciones del Vaticano.
Un documento del 15 de junio pasado pide -por encargo del papa Francisco- que se vigile "la calidad del pan y del vino destinados a la Eucaristía y, por tanto, a aquellos que los preparan".
Entonces, ¿cómo harán los pacientes celíacos que quieran comulgar, tomando en cuenta que ellos tienen una reacción alérgica al gluten, es decir, a la proteína contenida en cereales como el trigo?
"Desde hace más de 10 años Roma ha autorizado que ellos pueden consumir en la Eucaristía, solo el vino consagrado", explica el padre Luis Gaspar, vicario episcopal de familia y vida del Arzobispado de Lima.
Según el sacerdote, en otros países existe la alternativa del pan de trigo ácimo, bajo en gluten, pero se necesita una autorización especial del obispo para su consagración. "A los turistas extranjeros que tienen de estas hostias se les da la comunión".
Vivir bien
Vino
Las personas celíacas también pueden acercarse al párroco y mostrarle su certificado médico, para así poder recibir el vino consagrado al final de la misa.
"La materia válida para la Eucaristía es el pan de trigo, eso no va a cambiar, así está en la Biblia y es lo que siempre se va a respetar. No se va a decir que se puede consagrar el pan hecho de harina de papa o de arroz. Está así desde el mismo Cristo", sostiene el religioso.
Tanto el vino como el pan tienen certificado de elaboración y licencia eclesiástica, ningún aficionado o supermercado puede venderlos. Por ejemplo, en Lima, los monasterios de Las Nazarenas o de La Virgen del Carmen elaboran las hostias, mientras que los vinos son elaborados por los Salesianos.
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