Los paseos fuera de Lima sirven para tener nuevas experiencias que crean estímulos importantes para el desarrollo de nuestra mente.
Vivir bien
Las neuronas son células que están conectadas unas con otras. Con las nuevas experiencias, estas optan por nuevas interconexión entre ellas.
Durante Semana Santa se suelen hacer viajes cortos para escapar de los problemas del trabajo o los estudios. Según especialistas, cuando una persona interrumpe su rutina establece una perspectiva diferente y esto incentiva a la mente a ser más creativa.
Los viajes hacen que las personas cambien de ambiente y conozcan nuevas personas. La creatividad se ejercita cuando el viajero experimenta nuevas sensaciones, aquellas que encuentran en los lugares que visita.
Vivir bien
Una persona que vive en la rutina tiene todas las neuronas armadas como en un esquema.
En Semana Santa las personas suelen salir de viaje para descansar. El cerebro percibe una sensación de bienestar cuando la mente reposa y recupera horas de sueño. De acuerdo con el psicólogo Hugo Lozada, cuando una persona está estresada o cansada su sangre, en lugar de ir al cerebro, se dirige a los músculos. Esto causa mal humor.
Al estar el cerebro más tranquilo gracias al descanso, las hormonas son estimuladas. La serotonina, por ejemplo, es una sustancia que actúa como hormona en la sangre. Los psicólogos a veces recetan estimulantes artificiales como los antidepresivos. Lozada, sin embargo, aconseja que la mejor manera de estimular las hormonas en el cerebro es con el ejercicio. “Con más de 40 minutos de ejercicio diario se aumenta la serotonina. Los viajeros pueden aprovechar y hacer caminatas por el lugar a donde van de paseo”.
Vivir bien
Una caminata de 40 minutos es recomendable en un viaje corto.
Una persona acostumbrada a la rutina tiene las neuronas de su cerebro armadas como en un esquema. “Cuando se mantiene una rutina establecida, las neuronas tienen una conexión permanente y habitual. A la vez, sistematizan al cuerpo y este empieza a dar respuestas en automático. El cuerpo se acostumbra al sistema de trabajo, al del estudio, al de la casa, al de los hijos, etc. Repiten la misma acción día tras día”, explica la psicóloga Jaqueline Rojas.
Las neuronas son perezosas por naturaleza. Si pudieran, se sujetarían para siempre, sin realizar interconexión alguna con sus pares. En una rutina, estas células se acostumbran a realizar las mismas funciones. Un viaje corto hace que las neuronas formen nuevas colecciones cuando la persona se topa con nuevas experiencias.
“Existe una sustancia llamada mielina que se segrega en las neuronas. Esta puede producirse en mayores cantidades cuando la persona está frente a una situación nueva”, agrega Rojas.
Lo más importante es desechar el estrés y el cansancio. Planear una rutina de viaje tampoco es lo indicado. Está bien revisar la agencia de transporte o el hotel donde se uno alojará, pero planificar cada actividad puede provocar tensión. Estos viajes se pueden aprovechar para ver algo nuevo y disfrutarlo.
Comparte esta noticia