Durante la niñez la crianza es autocrática, es decir, el papá decide; en la adolescencia la crianza es democrática, se exigen derechos y se esperan concesiones.
El primer día de clases genera una emoción diferente, está el chico que es nuevo en el colegio, el que se va a graduar, el que pasó a la adolescencia, el engreído de mamá y papá, el introvertido o el extrovertido. Todos ellos coleccionan anécdotas y aprenden lecciones.
La etapa escolar es para un niño o un adolescente una de las actividades más importantes, porque ocupa la mayor parte de su tiempo, porque es su responsabilidad y además porque es el periodo en el que se establecen los primeros vínculos interpersonales.
Se debe procurar, entonces, empezar con buen pie. "La preparación inicia en la casa, con los papás, ya sea que va a un colegio nuevo, lo cambiaron de salón, ha repetido o no lo sientan junto a sus amigos. Es todo un reto", explica la psicóloga educacional María Julia Cárdenas.
Según la especialista, padre e hijo deberían conversar anticipadamente sobre sus aspiraciones y las mejoras necesarias para tener un mejor año. "Se puede hablar de los cursos, de los temores, de la flojera, etc. Hay que preparar a los hijos, es la primera etapa".
Con suerte tenemos a un escolar que está animado por ir al colegio, debido a un deseo personal, a un gusto por hacer tareas y recibir lecciones, o porque está aburrido de la poca o demasiada actividad en vacaciones. Pero también están los 'resistentes' que tienen una actitud negativa. "Detrás de ese 'no quiero', puede estar la creencia de que le irá mal, o si en el hogar no hay reglas, el colegio les resulta contrastante".
En algunos casos, dice la experta, hay que quitar el ‘falso empoderamiento’ de aquel que rechaza ir al colegio argumentando que lo encuentra todo en internet. "Los padres deben asumir la autoridad, porque esa no es una elección de los hijos; con un adolescente el lenguaje y las palabras pueden cambiar y ser más retadoras”.
El psicoterapeuta familiar José Baldeón nos dice que negociar es válido, porque los niños cambian y crecen, entonces el modo de crianza y de relacionarse con ellos también varía. Por ejemplo, si tu hijo adolescente te dice que no quiere que lo lleves y lo recojas, entonces puedes proponerle la movilidad escolar como otra alternativa. "En esta etapa de la vida empieza la construcción de la autonomía y si el padre está todo el tiempo detrás, crea dependencia y no permite que se construya una identidad propia".
Se debe entender que durante la niñez la crianza es autocrática, es decir, el papá decide; en la adolescencia la crianza es democrática, se exigen derechos y se esperan concesiones. "La gran lucha de los padres es crear el equilibrio entre el control y la autonomía".
De otro lado, ¿qué se le dice a un hijo que desaprueba al profesor nuevo? "Si no es la persona que esperabas, tómalo como un reto, porque en la vida te va a tocar lidiar con mucha gente que no será compatible contigo; pero si algo de lo que hace tu maestro no corresponde, tus padres estarán ahí para resolverlo y llegar a acuerdos", aconseja la psicóloga María Julia Cárdenas.
Por último, la experta sugiere siempre hablarle en positivo a los hijos y plantearles retos, eliminando el 'no' del discurso paternal, ello puede terminar frenando o incrementando la rebeldía en un menor de edad.
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