"Lo que se hereda no se hurta" le cabe bien al único hijo del famoso payaso chileno Hugo Muñoz Olguin, quien convertido en Pitillo, lidera el Circo de la Alegría, siguiendo la tradición familiar.
¿Cuánto ha cambiado el circo? Para Hugo Muñoz "Pitillo", los circos no han cambiado en esencia. "Sigue siendo el esparcimiento simple como lo disfrutaron hace 50 0 cien años" nos dice el único hijo del famoso payaso chileno Hugo Muñoz Olguín, quien con más de 80 años, sigue con la vitalidad de subirse a un escenario.
"Mi padre es considerado el maestro de muchos payasos peruanos" comenta orgulloso y ríe con el el título que se autoadjudica: "El chileno más peruano que el cebiche", aquel que vino con su circo en la temporada de julio del 68, conoció a doña Silvia Cisneros en una presentación, se enamoraron y tuvieron a Hugo Muñoz Jr. El mismo que dejó los estudios de Diseño Gráfico para seguir los pasos del padre, aunque con una personalidad artística diferente.
"Me deprimo cuando no trabajo" afirma Pitillo, pero él sabe "sacarle la vuelta" a la situación, motivando al público de provincia para asistir al circo fuera de la época de Fiestas Patrias. Con su Circo de la Alegría, visitan durante el año diversas regiones del país. "La administradora es mi esposa" comenta risueño y nos presenta a su elenco de trapecistas: Mónica (Cuba), Bárbara /Argentina) y la trujillana Diana.
Coincide con su padre, con quien alternó el pasado año, cuando dice que "el payaso no se jubila", agregando que "El trabajo más longevo de un circo, es el del payaso".
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