La queja no resuelve nada y genera cortisol, la hormona del estrés, que frena. El papa Francisco ha adoptado un mensaje que puede ser una filosofía de vida.
Vivir bien
Papa Francisco
"Prohibido quejarse", se lee en un cartel que el papa Francisco colocó en la puerta de su habitación en su residencia, en Ciudad del Vaticano. Un mensaje que puede ser en una filosofía de vida.
La noticia fue replicada en varios medios internacionales y cuentan que fue un regalo del psicólogo y psicoterapeuta italiano Salvo Noé, autor de libros y de cursos de motivación, que en su última publicación dedicó unas líneas al Papa.
Francisco, que visita el Perú del 18 al 21 de enero, ha dicho en algunas de sus homilías, que “los cristianos deben abandonar los tonos de la eterna queja".
Según explica la psicoterapeuta y coach personal Maribel Villegas, quedarse en la queja no resuelve nada y genera cortisol, la hormona del estrés, que frena. "El quedarte en la queja es colocarte en el rol de víctima y desde ese rol de víctima no ves solución, no sales adelante, no logras nada. La queja no debe ser prolongada, está bien como un momento puntal, pero a partir de ahí mirar con responsabilidad, asumir lo que pasó y salir adelante".
El cartel del papa Francisco además concluye con un consejo que dice: "para volverse el mejor, hay que concentrarse en las propias potencialidades y no en los límites, por lo tanto: deja de quejarte y actúa para hacer mejor tu vida".
De acuerdo a Maribel Villegas, es importante reconocer cuáles son nuestros recursos internos, talentos, virtudes, y potenciarlos. "Implica una mirada hacia adentro, un autoconocimiento, una mirada interna para saber con qué recursos cuento yo como persona, cuáles son las cosas que valoro en mí, como disciplina, mi perseverancia, mi pasión, son las cosas en las que debo concentrarme y potenciarlas".
Pero la autoevaluación no es una tarea fácil. "Es un camino, no hay una fórmula, requiere bastante tiempo de inversión en el crecimiento personal. Una buena forma para empezar a mirar, es escribir una lista de cosas que hacemos bien y potenciarlas”.
“Si no sé reconocer qué cosas buenas tengo, entonces debo trabajar mi autoestima”, dice la especialista, quien también aconseja los talleres de crecimiento personal, la psicoterapia o el coaching.
Francisco, ejemplo de coherencia
Jorge Bergoglio desde que decidió optar por el nombre de Francisco, quiso dar un ejemplo de humildad, algunos expertos han destacado que la forma en que ejerce su liderazgo en la Iglesia Católica demuestra que él lucha contra el llamado Síndrome de Hubris, como se conoce a un exceso de ego e intoxicación por el poder, algo en lo que caen muchos políticos o personajes que asumen altos cargos.
Francisco rechaza los lujosos aposentos papales, usa comedores comunales y evita vehículos de lujo, además frecuentemente comparte con gente humilde. Al replicar el mensaje “prohibido quejarse”, también quiere predicar con el ejemplo.
"Un buen líder a quién seguir, lleva adelante un contenido constructivo, que enseña a ser mejores personas. Es fundamental trabajar sobre la coherencia", sostiene la psicoterapeuta Maribel Villegas.
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