El otro lado de la era digital: ¿qué pierden nuestros hijos por la adicción a las redes sociales?

En la era digital, las redes sociales han transformado la forma en que nos comunicamos y relacionamos. Sin embargo, esta revolución tecnológica también ha traído consigo desafíos significativos, especialmente para la generación más joven. La adicción a las redes sociales es un problema creciente que afecta a la salud mental y el desarrollo social de los niños y adolescentes. 

Según Jorge Yamamoto, experto en comportamiento humano, las redes sociales pasaron de ser herramientas para conectar personas hasta convertirse en plataformas adictivas. Este cambio comenzó alrededor del año 2010, coincidiendo con la introducción de características como el "Like" en Facebook y el "Retweet" en Twitter. Estas funciones, diseñadas para aumentar la adherencia de los usuarios, han llevado a una dependencia comparable a la de una droga, alterando el sistema de dopamina del cerebro.

La última etapa de maduración del cerebro, que ocurre entre los 10 y 16 años, es crítica para el desarrollo social y emocional. Durante este período, los jóvenes deberían aprender a resolver conflictos y desarrollar relaciones interpersonales saludables. Sin embargo, el uso excesivo de las redes sociales está interfiriendo con este proceso.

"En lugar de interactuar cara a cara, los jóvenes recurren a plataformas como TikTok e Instagram para obtener gratificación instantánea", lamenta Yamamoto, ya que esto puede resultar en una maduración cerebral inadecuada.

Impactos negativos

Yamamoto destaca tres principales consecuencias del uso excesivo de las redes sociales:

• Atención fragmentada: Los jóvenes que pasan más de 50 horas semanales en redes sociales desarrollan dificultades para concentrarse. Esta atención fragmentada se manifiesta en entornos académicos, donde muchos estudiantes universitarios se distraen constantemente con sus teléfonos durante las clases.

• Reducción de relaciones sociales naturales: La interacción social tradicional se está erosionando. Antiguamente, los niños aprendían a resolver conflictos y a relacionarse a través del juego y la convivencia en sus barrios. Hoy en día, la capacidad de "cancelar" amigos y la búsqueda de entretenimiento instantáneo están reemplazando estas valiosas experiencias.

• Aumento de adicciones: La adicción a las redes sociales puede derivar en otras dependencias, como el consumo excesivo de alimentos azucarados y bebidas gasificadas. Esta generación muestra una menor capacidad para esforzarse y obtener gratificación a través de medios naturales, prefiriendo la satisfacción inmediata proporcionada por las redes.

Recomendaciones para los padres

Frente a estos desafíos, Yamamoto sugiere que los padres deben tomar un papel activo en la regulación del uso de redes sociales de sus hijos. Las siguientes recomendaciones pueden ayudar a mitigar los efectos negativos:

• Fomentar el juego entre humanos: Promover actividades que involucren interacción cara a cara es crucial. Juegos, deportes y cualquier actividad que requiera cooperación y resolución de conflictos en un entorno real pueden ayudar a desarrollar habilidades sociales y emocionales.

• Limitar el uso de redes sociales: Establecer límites claros sobre el tiempo que los niños pueden pasar en las redes sociales es fundamental. Esto puede incluir horarios específicos para el uso de dispositivos electrónicos y fomentar otras actividades recreativas.

• Comunicación abierta: Mantener un diálogo constante con los hijos acerca de los peligros y las ventajas del uso de las redes sociales. Explicarles cómo estas plataformas pueden afectar su salud mental y desarrollo puede hacer que sean más conscientes y responsables en su uso.