El inicio del año escolar trae consigo la necesidad de establecer hábitos que favorezcan el aprendizaje y el bienestar de los niños. Conoce qué cambios hacer para que tu hijo rinda al máximo y tenga un año exitoso.
Este lunes marcó el inicio del año escolar para más de 6.2 millones de alumnos de colegios públicos, quienes retomaron las clases. Con ello, comienza un nuevo desafío no solo para los estudiantes, sino también para sus padres, quienes deben asegurarse de que sus hijos adopten hábitos adecuados para un buen rendimiento académico.
Desde eliminar ciertas costumbres hasta incorporar nuevas rutinas, es clave establecer hábitos que favorezcan el desempeño en clase. Para entender qué medidas tomar, la médica internista y neumóloga Fátima Ortega comparte una serie de recomendaciones que pueden marcar la diferencia en el aprendizaje de los estudiantes.
El descanso, clave para el aprendizaje
Hablar de un descanso adecuado para un estudiante va más allá de cumplir con una cantidad específica de horas de sueño; también implica garantizar que ese descanso sea de calidad. Durante la noche, el cerebro procesa información y consolida la memoria, aspectos clave que influyen directamente en el rendimiento escolar.
Debemos tener en cuenta que durante la noche, nuestro cuerpo sigue un proceso activo en el que los órganos continúan funcionando y se reparan, incluido el cerebro. Uno de los aspectos clave de este proceso es la consolidación de la memoria. “Nuestro cerebro elimina la información que no va a utilizar, lo que permite que el estudiante tenga un mejor desempeño en la escolaridad”, explica la Dra. Ortega.
Para mejorar la calidad del descanso, se recomienda restringir el uso de pantallas al menos una hora y media antes de dormir, ya que la luz azul de celulares y televisores inhibe la producción de melatonina, la hormona que regula el ciclo de sueño. Además, evitar actividades estimulantes o cenas pesadas ayuda a lograr un descanso reparador.
Alimentación y hábitos que favorecen el sueño
Lo que se consume durante el día, influye en la calidad del sueño. Se recomienda evitar bebidas estimulantes como gaseosas, café y chocolates desde las 3:00 p.m., ya que pueden dificultar el descanso. También es importante regular la actividad física después de las 6:00 p.m., pues el ejercicio intenso puede provocar despertares nocturnos.
En cuanto a la alimentación nocturna, si el niño siente hambre antes de dormir, lo ideal es optar por opciones saludables que satisfagan su apetito sin afectar su descanso. Para ello, es mejor optar por opciones como frutas, sándwiches con proteínas o verduras, en lugar de comidas pesadas que puedan dificultar la digestión y afectar el descanso.
Crear una rutina de relajación
Finalmente, la especialista recomienda incorporar actividades relajantes en nuestra rutina diaria antes de dormir, ya que estos son esenciales para un buen desempeño escolar. El leer un libro, practicar respiración profunda o tomar una infusión relajante pueden facilitar el descanso y mejorar la calidad del sueño.
“Estas son rutinas que debemos enseñar a nuestros niños y también aplicar como adultos. Lo importante es encontrar una alternativa que los ayude a relajarse por la noche, esto con el fin de lograr un sueño totalmente reparador”, concluye la Dra.
Siguiendo estos consejos, los padres pueden contribuir significativamente al bienestar de sus hijos, ayudándolos a enfrentar el año escolar con energía y concentración.
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