El psicólogo y sexólogo Gary Rivera explora las complejidades de las relaciones tóxicas y cómo evitar caer ellas.
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Características de una relación tóxica
El experto Gary Rivera, psicólogo y sexólogo, define una relación tóxica como "una relación no sana, no saludable", destacando que ciertas actitudes como los celos y el control son indicativos de toxicidad. Además, señala que el chantaje emocional puede convertir una relación en manipuladora, erosionando gradualmente la salud emocional de los involucrados.
Señales de una relación tóxica: celos, control y chantaje emocional
El psicólogo Gary Rivera señala que identificar las señales tempranas de toxicidad es crucial para prevenir daños mayores. Los celos y el control son comportamientos comunes en una relación tóxica, manifestando una dinámica de poder desequilibrada.
Según explica, el chantaje emocional, por otro lado, puede conducir a una dinámica de poder desigual, donde uno de los miembros de la pareja ejerce control sobre el otro a través de la culpa y la manipulación.
"Es importante identificar si uno es el problema o si la otra persona lo es", enfatiza Rivera. Si alguien muestra un comportamiento amable en un entorno y agresivo en otro, esto puede ser una señal de alerta. Frente a esto, insta a la autoevaluación, alentando a las personas a reflexionar sobre si ellos mismos o su pareja podrían ser la fuente del problema.
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Señales de alerta
La separación como un remedio saludable: priorizando el bienestar individual y familiar
La idea de permanecer juntos por el bien de los hijos es algo común en muchas relaciones conflictivas. Sin embargo, el psicólogo advierte que esta creencia puede ser profundamente perjudicial tanto para los padres como para los hijos. Frente a esto, Rivera sugiere que "la separación puede ser un mejor remedio que estar juntos".
Sostiene que cuando una relación llega a un punto donde ya no es funcional ni beneficiosa para ninguno de los miembros involucrados, la separación puede ser la mejor opción. Permanecer juntos en un ambiente de hostilidad y conflicto puede generar un impacto negativo en la salud mental y emocional de todos los involucrados, incluidos los hijos.
El experto enfatiza la importancia de establecer límites claros y saludables después de la separación, especialmente cuando hay hijos de por medio. Sugiere coordinar las visitas y el tiempo compartido de manera que se minimice la interacción entre los padres y se priorice el bienestar de los niños. Sin embargo, subraya que esto no implica mantener una relación de pareja después de la separación.
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Cuando estar separados es mejor que permanecer juntos
Impacto de una relación tóxica en los hijos: consejos para padres
Una de las situaciones más desafiantes en el contexto de una relación tóxica es cuando hay hijos involucrados. En estas circunstancias, los niños pueden ser especialmente vulnerables a las repercusiones emocionales y psicológicas de presenciar conflictos constantes entre sus padres.
El experto subraya que en una relación tóxica donde los padres se lastiman mutuamente, los hijos suelen ser los más afectados. La presencia de conflictos, gritos y tensiones puede dejar una profunda impresión en los niños, quienes pueden absorber estas emociones negativas incluso sin presenciar directamente los eventos.
Para mitigar el impacto de una relación tóxica en los hijos, enfatiza la importancia de que los padres separen las cuestiones relacionadas con su relación de pareja de su papel como padres. Es crucial que los padres trabajen juntos para mantener un ambiente emocionalmente seguro y estable para sus hijos, incluso si eso significa tomar decisiones difíciles, como separarse.
En casos donde la relación tóxica persiste y los padres continúan lastimándose mutuamente, Rivera aconseja a la persona que está siendo sometida a poner límites claros y considerar la posibilidad de separarse por el bienestar personal y el de sus hijos.
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