La mujer entró a confesarse a una iglesia donde John Feit era padre. Fue la última vez que se le vio con vida.
El sacerdote John Feit (85) fue condenado el último viernes por un crimen que cometió en abril de 1960. Un jurado de Texas lo encontró responsable del asesinato de Irene Garza, una joven profesora de 25 años. La mujer entró a confesarse a la Iglesia del Sagrado Corazón en McAllen, donde Feit, de 27 años en ese entonces, era cura.
Su cuerpo apareció días después flotando en un canal de riego. La autopsia reveló que Irene había sido golpeada, asfixiada y violada. En ese tiempo, la Policía no encontró suficientes pruebas para incriminar a Feit, la última persona que la vio con vida. Según su versión a las autoridades, dijo que había dado una confesión a Garza pero negó saber lo que ocurrió con ella después.
Colusión de autoridades
La evidencia que tenía la Policía en ese tiempo eran las declaraciones de un grupo de comulgantes que afirmaba que las manos del cura Feit presentaban rasguños y heridas. Además señalaban que el padre había tratado de atacar a otra joven en una iglesia distinta semanas antes del crimen.
El fiscal del caso Michael Garza dijo durante la audiencia que una de las razones para que Feit no fuera puesto ante la justicia fue la interferencia de la Iglesia. Thomas Doyle, otro sacerdote, leyó en el tribunal una carta en la que varios líderes de la diócesis señalaban el daño que podría causar para la imagen de la Iglesia y el candidato John F. Kennedy, senador católico, que un cura fuera inculpado de un asesinato.
Caso reabierto
De acuerdo al diario local The Monitor, la fiscalía presentó la carta como evidencia de la colusión entre las autoridades y la Iglesia para enterrar el caso del asesinato de Irene Garza. La Fiscalía contó que el caso fue reabierto en 2002 tras recibir la llamada del excura Dale Tacheny. Este padre declaró que en 1963 cuando estaba en monasterio Trapista, Feit le confesó que había atacado y asesinado a una joven. Tacheny no contó en ese entonces nada a las autoridades por respeto a la obligación religiosa.
En febrero de este año, Feit ya retirado de su actividad religiosa fue arrestado por la Policía y el juicio inició en noviembre. Durante su alegado final ante el jurado, el fiscal describió a Feist como “un lobo disfrazado de cura”. Luego de seis horas de deliberación, el jurado encontró culpable al anciano de 85 años.
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