Idealizar a la persona de la que te has enamorado conlleva varios riesgos, como la dependencia, la obsesión y la desilusión.
Es muy común en los adolescentes y jóvenes, cuando están enamorados, convertir a esa persona en la pareja perfecta. El problema está cuando llegan a magnificar sus cualidades y virtudes hasta convertirlo en el hombre o en la mujer “perfecta”; es decir, cuando se empieza a idealizar a la pareja.
Sin duda, es bueno sentir admiración por la otra persona, lo que no significa tener que justificar sus malas conductas y sus actitudes agresivas. Cuando idealizamos a nuestra pareja, estamos estableciendo un vínculo emocional basado en el afecto, en la pasión y sobretodo, en las expectativas que tenemos sobre el “otro”, es decir, nos aferramos a la idea de lo que vendría a ser “su mejor versión de sí mismo”.
¿Qué hace el cerebro al idealizar?
Básicamente, construir una imagen perfecta de aquello en lo que pensamos. Mientras la expectativa prevalezca, el objeto de la idealización seguirá siendo atractivo e irresistible, por eso, se dice que la fantasía está muy ligada a este fenómeno.
Muchos jóvenes tienen la equivocada idea de que “el amor todo lo puede” o “el amor todo lo perdona”, estas creencias no hacen más que aferrarse a una relación, que puede llegar a ser, en algunas casos, enfermiza o tóxica. El peligro está en pensar que nuestra pareja es un ser superior y perfecto: ponerse una venda en los ojos es el peor error que muchos cometen en sus primeras relaciones de pareja.
Luego de un tiempo, la idealización termina chocando con la realidad, algunas expectativas no se cumplen y aparecen tensiones en la relación, ya que empiezan a ver a la otra persona como realmente es. Es en ese momento, donde la persona es capaz de analizar y decidir si vale la pena o no continuar con la relación. Ya cuando las personas maduran emocionalmente, se dan cuenta que no hay nada más importante que valorar su propia opinión y que es imposible poder amar, sin antes amarse primero a uno mismo.
El amor no debe, ni tiene, porqué soportar las conductas agresivas de la pareja, al contrario, si no se controla o se detiene a tiempo, puede desencadenar una relación violenta, en un futuro.
Estas y otras informaciones las compartimos en el marco de la campaña “La violencia se pinta de amor. ¡Date cuenta!”, por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) y RPP. Para más información visita www.laviolenciasepintadeamor.com
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