El balance financiero es una herramienta clave para tomar buenas decisiones y hacer crecer tu negocio. Aquí te contamos qué elementos tener en cuenta al elaborarlo y cómo interpretarlo.
Si tienes una empresa, conocer su situación financiera es clave para tomar decisiones que te ayuden a hacerla crecer. Sin duda, una herramienta que te ayudará es el balance financiero general. Este informe, no solo es muy fácil de hacer, sino que te proporcionará datos importantes sobre cómo se encuentra tu negocio en un momento específico.
¿Para qué sirve un balance financiero?
Entre sus muchos beneficios, contar con esta información te será útil para asegurar la capacidad actual del negocio, detectar excedentes o insuficiencias en los fondos, evitar riesgos de pérdidas y darle seguridad a tus socios.
Para hacer tu propio balance financiero, Rextie te enseña qué elementos debes tener en cuenta:
Activos: bienes y derechos de la empresa.
Pasivos: deudas y obligaciones.
Patrimonio neto o capital contable: inversión de los propietarios y ganancias retenidas.
Indicadores de desempeño en el balance financiero
Además, al analizar tu balance financiero es importante prestar atención a los siguientes indicadores:
1. Liquidez: Mide la capacidad de tu empresa para cumplir con sus obligaciones a corto plazo. Se calcula dividiendo los activos corrientes entre los pasivos.
2. Solvencia: Evalúa la capacidad de tu empresa para cumplir con sus obligaciones a largo plazo. Divide el patrimonio neto entre el total de activos.
3. Rentabilidad: Indica la eficiencia con la que tu negocio genera beneficios. Se calcula dividiendo el beneficio neto entre el total de activos.
¿Cómo interpretar el balance financiero?
El balance de la situación financiera de la empresa muestra la relación entre los activos, pasivos y el patrimonio neto de tu empresa. Sigue estos pasos para interpretarlo:
1. Analiza la estructura de activos
Identifica si tu empresa posee activos fijos o corrientes. Los activos fijos representan propiedades, maquinaria y equipos, mientras que los activos corrientes incluyen efectivo y cuentas por cobrar.
2. Evalúa la estructura de pasivos
Comprende si tu empresa tiene deudas a corto o largo plazo. Por un lado, las deudas a corto plazo incluyen cuentas por pagar y préstamos, mientras que las deudas a largo plazo son préstamos e hipotecas.
3. Revisa el patrimonio neto
El patrimonio neto es la parte que queda de los activos, una vez deducidos los pasivos de tu empresa. Un patrimonio neto creciente indica que tu empresa está generando valor para los accionistas.
Recuerda que es fundamental revisar tu balance financiero periódicamente y ajustar tus estrategias financieras según sea necesario. Para más información sobre la actualidad del mercado financiero y el análisis del dólar, ingresa a www.rextie.com.
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