Los desencuentros en la pareja están asociadas al deseo de controlar la relación. Estos pueden llevar a desencadenar conflicto y violencia, sino se resuelven a tiempo adecuadamente.
Muchos adolescentes, en sus primeras relaciones amorosas, son influenciados por la familia, grupo de amigos, y creencias o prácticas que son parte de su entorno; incluso, suelen replicar los discursos y comportamientos que han observado en su entorno familiar, por ejemplo, con respecto a cómo se toman las decisiones en casa, quién tiene la última palabra, cómo se establecen los acuerdos, qué está permitido, etc. Todos estos aprendizajes terminan por naturalizar la violencia en las relaciones de pareja.
Según la Organización Mundial de la Salud, 3 de cada 10 adolescentes denuncian que sufren violencia en el noviazgo, lo cual pone en evidencia los comportamientos violentos que ejercen los jóvenes en sus primeras relaciones afectivas; actitudes agresivas expresadas a través de insultos, amenazas o violencia psicológica.
Existen diversos motivos que generan los primeros desencuentros en el enamoramiento, muchos de ellos tienen como razón principal los celos y el control; por ejemplo, el querer saber dónde está o con quién está la pareja, querer cambiar la forma de vestir de ella, o saber todo sobre las personas con las que se relaciona, el tiempo que le dedica a las redes sociales, el querer tener las claves de acceso de sus redes sociales, el comportamiento que tiene cuando está con sus grupos de amigos, entre otros. Estas expresiones que pretenden justificarse por un interés de cuidado y protección de la pareja, en realidad esconden actitudes negativas de control y posesión, que se encuentran muy naturalizadas en la sociedad como expresiones de amor, compartidas a través del dicho común: “si te cela es porque te quiere”.
¿Cómo podemos afrontar estos desencuentros?
En primer lugar, es importante que se exprese a la pareja, con firmeza, la incomodidad e insatisfacción que le ocasionan algunos de sus comportamientos, y cómo es que eso está afectando su relación y su sentido de libertad personal. De igual manera, es importante conversarlo con una persona adulta de confianza, puede ser algún familiar, o una especialista en psicología o consejería juvenil. Contar el problema, buscar consejos frente a estas situaciones y saber cómo reaccionar para hacerle entender a la pareja que su actitud le causa daño, que debe respetar su autonomía e independencia, sin provocar situaciones de peleas, ni violencia, es la mejor decisión.
Asimismo, el Chat 100 (www.mimp.gob.pe/chat100) del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, es una excelente alternativa para buscar ayuda, ya que existen especialistas que orientan en temas de prevención de la violencia en la etapa de enamoramiento o noviazgo. Asimismo, si quieres saber el estado de tu relación, ingresa al toxímetro.
Es necesario aprender a identificar las señales de control y no creer que así es el amor, ya que estas primeras relaciones son el anticipo de las relaciones que cada uno establecerá en su vida adulta. Toma las medidas necesarias antes de que sea demasiado tarde.
Estas y otras informaciones las compartimos en el marco de la campaña “La violencia se pinta
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