Los cambios constantes en los negocios requieren una reforma tributaria que simplifique procesos, mientras que los nuevos avances tecnológicos necesitan de profesionales actualizados. Sobre esto conversamos con Víctor Cruzado, docente del Programa Especializado en Tributación de la Universidad de Lima.
En septiembre de 2018 se publicó una serie de decretos legislativos que involucran la adaptación de normas internacionales y la inclusión de tecnología con el fin de modernizar el sistema tributario peruano. Además, se espera que, de cara al 2020, permitan una recaudación adicional de 9.800 millones de soles. Sobre este último punto, el tiempo juzgará si dichas medidas fueron exitosas; no obstante, si hablamos de manera general, a pesar de los esfuerzos, aún existen problemas y necesidades importantes.
Para entender mejor el panorama y saber por qué continúan las deficiencias, conversamos con Víctor Cruzado, gerente sénior del Departamento de Servicios Legales y Tributarios de PwC Perú y docente del Programa Especializado en Tributación de Educación Ejecutiva de la Universidad de Lima.
“La finalidad de esta reforma y las anteriores siempre ha sido combatir la evasión y ampliar el número de contribuyentes, metas que aún no se han logrado. La administración tributaria no está en capacidad de fiscalizar a todas las compañías, por lo que aplica mecanismos de recaudación a los mismos de siempre”, comenta.
Lo primero que hay que entender antes de estudiar el problema es cómo se estructura el sistema tributario peruano. Por un lado, está el Código Tributario que regula el marco general y establece cuáles son las obligaciones y derechos de los contribuyentes. Por otro, tenemos los tributos; entre los más importantes están el impuesto general a las ventas (IGV), que representa entre el 40 y 45 % de la recaudación, y el impuesto a la renta (IR), que ha sufrido más modificaciones recientemente y representa entre un 30 y 35 %.
¿Es necesaria una reforma tributaria en el Perú?
Para Cruzado sí lo es. Se necesita una verdadera reforma tributaria, especialmente una que simplifique nuestro régimen tributario actual. “Este no debe ser demasiado complicado para determinar la base imponible o la deuda tributaria. Debemos hacer simple y sencilla la tributación, tanto para personas naturales como para personas jurídicas”, enfatiza.
Además, sostiene que debe estar enfocada en las principales dificultades actuales que han quedado sin resolver, como la regulación de los nuevos negocios por el avance de la tecnología, la ampliación de la base tributaria y el establecimiento de sanciones drásticas respecto al problema de la evasión.
De hecho, datos de Sunat indican que el Perú pierde más de 55.000 millones de soles al año por elusión y evasión de impuestos (IGV e IR). Sobre esto, el docente resalta que todo parte de la educación, pues es un tema cultural: “Van a pasar muchos años para que podamos corregirlo. Me parece bien que la administración tributaria exija comprobantes de pago, pero este comportamiento tiene que venir desde la casa, desde el colegio. Tenemos que enseñarles a nuestros niños que el pagar impuestos beneficia a todos y, por supuesto, al país”.
La tributación no es estática: todos los años aparecen en el mercado nuevos retos, situaciones que cambian lo que sabemos sobre tributación y requieren nuevos análisis.
Mientras la economía crece a pasos agigantados, las normas legales, muchas veces, van a paso de tortuga, por lo que una norma legal que regule un nuevo tipo de operación económica puede demorar mucho tiempo en aparecer. “¿Nos hemos cuestionado cómo deben tributar los bitcoins? Nadie se ha puesto a analizar eso; sin embargo, ya se están realizando transacciones de este tipo”, comenta.
Por estas razones, los profesionales tienen que estar listos no solo para analizar el tema financiero o administrativo, sino también el tributario. En el caso de las empresas, es esencial que cuenten con personal capacitado, pues existe una carga tributaria adicional de 29.5 % en el impuesto a la renta, si este no es determinado adecuadamente, factor sin duda importante en temas de liquidez y operatividad. Si no se actualizan, pierden oportunidades.
Pensando en esta necesidad, Educación Ejecutiva de la Universidad de Lima presenta el Programa de Especialización en Tributación. Con una duración de 8 meses, ofrece un plan de estudios diseñado de manera integral, que proporciona a los participantes las herramientas necesarias para analizar y aplicar adecuadamente criterios económicos, contables y legales en el planeamiento y gestión empresarial dentro del marco del sistema tributario nacional.
Para potenciar el aprendizaje, propone como ejes diferenciales una alianza estratégica con la consultora PwC, que proporciona una plana docente especializada, además de la posibilidad de convalidar hasta ocho créditos de la Maestría en Tributación y Política Fiscal.
El docente Víctor Cruzado, encargado del bloque de impuesto a la renta y tributación, hace énfasis en que se trabajan casos prácticos, con el fin de resolver aquellas dudas y situaciones que los mismos profesionales traen desde su experiencia. “El currículo por etapas, los profesores calificados, la infraestructura de la Universidad y la red de contactos que se establece son la base del programa”, comenta.
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