Juana Mendívil viene de una familia que es sinónimo de artesanía cusqueña y en el 2000 fue galardonada como amauta peruana.
El arte de la familia Mendívil data de hace más de siglo y medio, como herencia de sus tatarabuelos. Sin embargo, el peculiar estilo que los coloca como una de las familias artesanas más importantes de la historia contemporánea es gracias a Hilario Mendívil, padre de Juana, una de las cinco mujeres amautas del Perú y la primera de nuestra época.
Juana Mendivil nació en Cusco un 8 de agosto en 1959 y es la hija menor de la pareja de artesanos Hilario Mendívil y Georgina Dueñas. El museo taller, que lleva el nombre de su padre, le ha pertenecido a su familia por generaciones y está ubicado en la plazoleta de San Blas en la ciudad de Cusco.
Juana empezó el trabajo de producción artística en su niñez, siguiendo el estilo icónico de sus padres y con el tiempo, llegó a perfeccionar sus diseños y darle un estilo propio. Para elaborar estas figuras utiliza un armazón de palo de balsas como base para los cuerpo, tela encolada y una pasta especial cocida de manera tradicional con harina de papa, chuño y arroz. En sus distintas obras destacan diferentes advocaciones de vírgenes, arcángeles, nacimientos y reyes magos, pero poco a poco, ha introducido en su imaginería figuras como la Pachamama, una fusión de lo tradicional con lo religioso.
El arte de la familia Mendívil ha ido ganando popularidad y reconocimiento a través de los años. Hoy en día, los Mendívil son los encargados de armar el nacimiento de navidad de la plaza de armas de Cusco y Juana, junto a su esposo e hijos, han realizado diversas presentaciones, no solo a nivel nacional, sino también en países como: Argentina, España, Suiza, Japón, Alemania, Italia, Francia y Estados Unidos.
Los cuellos largos
La imaginería cusqueña creada por Hilario Mendívil y su esposa Georgina Dueñas, hacia mediados del siglo XX, está caracterizada por los cuellos largos, los cuerpos esbeltos y el uso de colores brillantes. Estos personajes religiosos recogen el imaginario colonial en sus motivos católicos y la tradición cusqueña, representada en los cuellos de los personajes similares a los de los auquénidos.
La inspiración de sus obras se debe a la ubicación de su casa en el barrio de San Blas, donde antiguamente se realizaba el trueque de llamas, alpacas y vicuñas. Juana cuenta que de pequeño, su padre veía a los auquénidos que los campesinos paseaban y dejaban a las afueras de su casa, lo que lo inspiró a que sus esculturas posean el distintivo cuello alargado.
El legado de Hilario Mendivil se construyó con mucho esfuerzo, pues al inicio su estilo diferente fue rechazado por los compradores. Sin embargo, más tarde, se convertiría en el artista preferido del escritor peruano José María Arquedas y Doris Gibson, la periodista y fundadora de “Caretas”.
Al igual que su padre, el sueño de Juana es que este legado continúe con sus hijos y con los artesanos con los que ella trabaja. Aunque sus manos, que son su herramienta principal de trabajo, ya empiezan a padecer dolores por la edad y por el uso de los materiales, ella no se detiene y su convicción es que seguirá haciendo arte hasta el final.
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