Fue inventado en los años 70 pero su potencial formador en los estudiantes más pequeños sigue creciendo con los años. Es un juego, pero sobre todo un estímulo al aprendizaje.
Rompecabezas, sopas de letras y sudokus son algunos de los juegos más estimulantes para despejar la mente a cualquier edad. Pero es el cubo de Rubik sobre el que recaen más halagos de especialistas en pedagogía. Especialmente, cuando se trata de alumnos en los primeros años de escolaridad.
El famoso cubo de seis caras coloridas fue creado en los años 70 por el arquitecto y diseñador Erno Rubik. Al inicio se trató de una maqueta que pretendía explicar a sus alumnos las tres dimensiones espaciales de una forma más dinámica. El invento resultó tan lúdico que se hizo masivo rápidamente como un rompecabezas novedoso.
Borja Quicios, terapeuta y colaborador del medio Guiainfantil.com, explica que con los años el cubo ha empezado a ser visto como una potente herramienta de aprendizaje. “Recordar las formaciones hechas y replantear constantemente las combinaciones de colores ejercita la memoria enormemente".
Para otros expertos, el Rubik también estimula las habilidades matemáticas reforzando la percepción de la realidad, los tamaños y las proporciones. La lógica matemática y las probabilidades son otros conceptos que envuelven la experiencia del cubo. Incluso cuando no se progresa en resolver el cubo, se está aprendiendo.
“Hacer formas extrañas y asociarlas con la realidad es un ejercicio claro de reconocimiento espacial”, explica Quicios.
Justamente por su carácter lúdico, es más asimilado como un pasatiempo que como una lección escolar, lo que lo hace más cercano a los niños, que podrían tomarse horas tirados en el sofá intentando resolverlo.
El “prueba y error” constante es otro de los aspectos que los especialistas más valoran del Rubik. La necesidad de insistir en su resolución pone al simple juego a un nivel de reto personal de avance progresivo muy estimulante para un alumno.
Así que ya lo sabes. En tiempos de pantallas y computadoras al alcance de los más pequeños, un Rubik puede ser la alternativa perfecta para tu hijo o tu sobrino.
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