La crisis económica generada por la pandemia ha afectado la forma de alimentación en los hogares peruanos y esto puede tener grave incidencia en la anemia o desnutrición. Además, la preocupación y estrés de los adultos puede dañar el vínculo emocional que tienen con sus hijos.
La pandemia por la Covid-19 ha afectado de manera directa la lucha que venía haciendo el Estado peruano contra la anemia infantil. Pero no sólo ello, la relación entre padres e hijos también ha sido impactada debido a la situación de estrés y preocupación que viven los adultos por la crisis.
Así, podemos afirmar que los niños y niñas del Perú se han visto involucrados en las consecuencias negativas que trajo la crisis sanitaria. Sin embargo, desde el sector público y el privado ya se está trabajando para reanudar los esfuerzos se estaban haciendo antes del confinamiento.
Ante esta situación, RPP presentó el seminario virtual “Impacto de la pandemia en la lucha contra la anemia y en el apego”, moderado por Mauricio Fernandini, periodista de RPP. Además, estuvieron presentes Lena Arias, oficial de Nutrición del Programa Mundial de Alimentos de la ONU en Perú; el Dr. Mario Tavera, médico pediatra y asesor del despacho viceministerial de Salud Pública del Ministerio de Salud; Cayetana Aljovín, exministra del MIDIS y presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería; y Fabiola Cáceres, gerenta de Desarrollo Infantil Temprano de Aporta.
“La pandemia nos cambió la perspectiva, los indicadores para la anemia y el desarrollo infantil temprano han tenido una parálisis y retroceso en los primeros meses”, indicó el doctor Mario Tavera en el conversatorio.
A continuación, te presentamos las conclusiones a las que llegó el panel de expertos y expertas en temas de lucha contra la anemia y en sensibilización sobre el apego como un vínculo primordial entre padres e hijos.
La anemia como problema de salud pública
Durante el conversatorio se expuso acerca de la reducción en los indicadores de anemia. Dado el confinamiento social, la atención de los servicios de salud y programas para combatir la anemia se vieron afectados. De hecho, si se compara el año 2019 con el 2020, los indicadores más importantes de control de la anemia se redujeron entre un 40% y 50%.
Además, 4.5 millones de peruanos vieron afectadas la calidad y cantidad de alimentos que recibían todos los días en casa debido a la crisis económica. Esto puede afectar a los niños generando enfermedades de malnutrición – como anemia, desnutrición u obesidad - ya que no se les brinda los nutrientes y proteínas que necesitan.
Cayetana Aljovín sostuvo que: “No vamos a ser un país justo, igualitario o competitivo si tenemos más del 40% de nuestros niños con anemia. A nivel nacional, cuatro de cada 10 niños cuatro tiene anemia; pero en zonas rurales, cinco de cada 10 tiene anemia y en Puno siete de cada 10”.
Los especialistas explicaron que para lograr las metas de desnutrición crónica (reducirla a un 6%) y anemia infantil (reducirla a un 30%) es necesario un trabajo intersectorial e integral. En este se debe mejorar las coberturas de suplementación de hierro, promover la fortificación de alimentos como el arroz fortificado e incorporarlos a las canastas alimentarias, pero también revisar aspectos como agua y saneamiento en las viviendas.
Por otro lado, los cuatro especialistas indicaron que es necesario que para las próximas elecciones los ciudadanos pidan a los candidatos tener en sus planes de gobierno metas claras y planes de trabajo sobre temas como la anemia, alimentación infantil y relacionados al desarrollo infantil temprano. Luego, los candidatos deben rendir cuentas al respecto.
El vínculo emocional es igual de importante que la alimentación
Para fomentar el correcto desarrollo de los niños y niñas, no solo debemos pensar en el tema físico y nutricional. Fabiola Cáceres de Aporta indicó lo siguiente: “La anemia puede ser silenciosa, pero los temas emocionales son aún más silenciosos. Debemos ir un paso más atrás y generar conciencia para que se sepa la importancia de esto”.
En el Perú, la mitad de personas cree que el vínculo afectivo entre padres e hijos se genera de manera natural y espontánea, cuando no es así. Los padres o cuidadores deben trabajar para generar este vínculo de forma adecuada y que los niños y niñas crezcan en un ambiente seguro y cálido.
Este vínculo o apego seguro – como también se conoce – permite que el niño o niña desarrolle herramientas sociales y emocionales que lo acompañarán toda su vida. Es necesario compartir información sobre el apego porque hay muchos padres que la desconocen, explicó Lena Arias.
El Dr. Tavera indicó que "durante las primeras semanas el embarazo se forman todas las neuronas que el ser humano va a tener, cien mil millones de neuronas. Durante los primeros dos años de la vida se forma el 90% de las uniones de las neuronas a partir de las condiciones del entorno como la nutrición, salud, estímulo y afecto. Esto va a terminar como la base de lo que luego se va a poner la escuela, la educación superior, aprendizaje laboral".
Para lograr esto, el sector público y privado deben trabajar en conjunto. Asimismo, se debe aplicar el uso de la tecnología a las políticas públicas, más ahora en pandemia, para que la información llegue a todas las personas del territorio nacional.
Los especialistas recomendaron aplicar estrategias como mensajes de texto que expliquen cómo fomentar vínculos emocionales entre padres e hijos y en qué momentos de la crianza hacerlo, difundir videos cortos, spots radiales o incluso aprovechar las clases virtuales con este tipo de consejos que las personas puedan aplicar en su día a día.
Preocuparse por la primera infancia es una inversión para el país. "Por cada dólar que se invierta en esta etapa de la vida, hay un regreso de entre 6 y 17 dólares. Es una inversión maravillosa", sostuvo el Dr. Tavera.
Si quieres escuchar todo lo que se habló en este seminario virtual, aquí te dejamos el podcast completo:
Este conversatorio virtual se desarrolló gracias a la Sociedad Nacional de Pesquería y también a nuestros aliados técnicos: el Programa Mundial de Alimentos de la ONU en Perú, UNICEF, Dinámica y Libélula, con quien estamos midiendo y compensando nuestra huella de carbono. Y también a las instituciones que conformaron el comité técnico de nuestra campaña: CARE, Acción contra el Hambre, Pontificia Universidad Católica de Perú y el Ministerio de Salud.
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