Los aportes de Camisea a través de un fondo fiduciario han permitido mejorar la gestión y aprovechar de manera sostenible los recursos naturales de la reserva natural de Paracas.
En todo proyecto de conservación ambiental son tres los actores fundamentales que siempre deben participar: el Estado, la sociedad civil y la empresa privada. La experiencia mundial así lo demuestra, y en el Perú también hay ejemplos. Es el caso del Fondo Paracas, una iniciativa impulsada por Pluspetrol, como operador de Camisea, que a lo largo de más de diez años ha permitido mejorar la gestión de los recursos naturales en la Reserva Nacional de Paracas, en beneficio tanto de la población local como del creciente flujo de turistas que llega a dicha zona.
El Fondo Paracas fue creado en 2004 y consiste en un fondo fiduciario, formado con aportes voluntarios de Camisea y administrado por el Estado a través del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SERNANP). A la fecha, el Consorcio Camisea ha aportado 6 millones de dólares a este fondo y tiene previsto aportar un millón de dólares más hasta el 2018. Con ese dinero (en total, 7 millones de dólares en aportes a lo largo de más de una década) y los intereses generados por él, se ha podido emprender una serie de acciones urgentes, tales como un programa de monitoreo de la fauna característica de la reserva (como los lobos marinos, la nutria marina, el pingüino de Humboldt y otras especies de aves), la adquisición de equipamiento, la mejora de la señalética y campañas para sensibilizar a escolares, docentes y pescadores artesanales sobre la importancia de conservar los recursos naturales.
El Fondo Paracas es una iniciativa sin precedentes en el Perú. Alrededor de 210 mil personas que visitan Paracas cada año se benefician directamente de las acciones emprendidas con dinero de este fondo. Y, si bien los aportes de Camisea cesarán en 2018, el fondo fue diseñado para generar intereses y podrá seguir siendo usado a perpetuidad.
El impacto de esta iniciativa también se puede medir a partir de los beneficios para la población local. Con las aportaciones del Fondo Paracas se ha podido capacitar a unos 7.000 pescadores artesanales, miles de escolares y profesores de las escuelas de la zona, así como el personal que labora en la reserva y los guarda parques. Es importante destacar que más de 60.000 habitantes de poblaciones aledañas a la reserva se pueden beneficiar con el incremento del turismo. Y, finalmente, la participación de los tres actores fundamentales (Estado, empresa privada, sociedad civil) ha permitido además una gestión transparente de los fondos y un mayor control sobre el presupuesto. Todo lo cual convierte al Fondo Paracas en una iniciativa digna de imitar, pues demuestra que con la buena voluntad de la empresa privada y la participación del Estado y la sociedad civil se pueden llevar adelante iniciativas creativas e innovadoras para proteger el medio ambiente.
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