Mediante la inversión en capacitaciones y a través de alianzas entre ellas, las mypes pueden continuar su crecimiento y llegar a ser competitivas en el mercado laboral.
Aunque en el Perú, de acuerdo con el Ministerio de la Producción (Produce), más del 99% de las empresas formales son micro y pequeñas (mypes), la productividad de los trabajadores de las microempresas puede ser hasta seis veces inferior a la de las grandes unidades empresariales, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Pero ¿qué entendemos por productividad laboral? Esta se mide en las empresas por el rendimiento de sus trabajadores, así lo indicó Carlos Parodi, economista y profesor principal de la Universidad Pacífico, en entrevista a RPP. De manera práctica, explicó, se trata de un indicador sumamente valioso dentro del mercado actual, debido a que una alta productividad permite a las empresas reducir sus costos.
A pesar de que las estadísticas reflejan que las empresas de mayor tamaño son las más productivas, Parodi sostiene que esta no está relacionada a la cantidad, sino a la calidad: “La productividad mide la forma como el país usa sus recursos, no cuántos tiene. Si los usa bien, es alta; si los usa mal, es baja”, apuntó.
Muchas empresas, poca producción
De acuerdo con Produce, las mypes concentran a más del 90% de la población ocupada a nivel nacional. Sin embargo, sus bajos niveles de productividad, en particular el de los negocios unipersonales y las microempresas, en muchos casos no permiten asumir los costos de la formalización, así como tampoco otras condiciones que implica el trabajo decente, advierte la OIT.
“El gran problema es que tenemos muchas empresas chiquitas, que generan mucho empleo, pero como son poco productivas, el empleo es mal remunerado. Lo que tenemos que hacer es juntar mypes para buscar mercados más grandes, más ingresos y, por ende, mejores sueldos”, señaló Parodi.
En esta línea, la OIT alerta que las condiciones laborales precarias que se sufren en este sector, son una de las principales causas de la desigualdad en nuestra región. Las restricciones impuestas a las mypes para acceder a recursos financieros, sostiene, extiende aún más esta brecha.
Inversión en capacitación y entrenamiento técnico
Aunque es responsabilidad principal del Estado realizar reformas que permitan a las mypes continuar con su crecimiento, el economista indicó que, individualmente, los trabajadores también pueden realizar acciones para aumentar su productividad y, por ende, la de sus negocios. Por ejemplo, el llevar capacitaciones cortas para mejorar sus habilidades técnicas y, así, su rendimiento laboral.
“Necesitamos capacitación. Nadie está hablando de una carrera universitaria ni nada sofisticado, simplemente un entrenamiento de uno o dos meses [...]. La primera inversión que tenemos que hacer es en nosotros mismos”, resaltó. La realidad, sin embargo, es que las mypes en nuestro país, en su mayoría, nacen para aliviar aprietos económicos antes que como negocios.
De acuerdo con un estudio de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (Comex Perú) en el 2020, más del 50% de las personas que iniciaron una mype lo emprendieron por una necesidad económica, por encima de aquellos que buscan elevar sus ingresos (22.3%) o conseguir independencia (16.1%). Es más, precisan que solo un 21.2% lleva apuntes de gastos o ingresos.
Frente a este panorama, Parodi resaltó que contamos con recursos gratuitos en línea para desarrollar diferentes habilidades: “Hay formas libres en Internet que uno puede ir aprendiendo. Así, cuando vas [a trabajar], ya sabes hacer un montón de cosas y te vuelves más productivo. Entonces, sí se puede desde la mype fomentar la productividad dentro de la empresa”, puntualizó.
El País Que Queremos es una campaña, organizada por RPP, con el compromiso de Enel que busca poner en agenda aspectos fundamentales para el desarrollo de nuestro país. En esta etapa abordamos lo que se debe priorizar en la reactivación económica para mejorar el empleo de calidad y disminuir la informalidad.
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