Una actualización de software ha solucionado los problemas de navegación del telescopio Euclid en el inicio de su larga misión de 6 años.
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha anunciado que su telescopio espacial Euclid finalmente ha podido encontrar sus estrellas guía del espacio para iniciar su larga misión de 6 años.
La entidad señala que fue gracias a una actualización de software remota con lo que ha solucionado el problema de navegación, el cual ponía en peligro este importante proyecto en el espacio.
Euclid en el espacio
Euclid, que tratará de investigar la materia oscura del universo, estaba funcionando a medias.
Llegó con éxito al punto L2 de Lagrange a 1.5 millones de kilómetros de nuestro planeta, enfocó el espejo de su telescopio y capturó sus primeras imágenes de prueba, pero estaba experimentando contratiempos.
Y el principal problema era que el sensor de orientación fina del telescopio no encontraba sus estrellas guías, punto fundamental para que la misión pueda observar con precisión las regiones deseadas del cielo. La gravedad del caso aumentaba con la propia actividad solar, la cual expulsaba protones que golpeaban intermitentemente los detectores del sensor creando señales erróneas.
Allí ingreso la ESA con su equipo de ingenieros. Gracias a su arduo trabajado de turnos de 12 horas diarias, se pudo enviar una actualización que mejoró el trabajo del sensor: esta se probó por 10 días seguidos y trabajó de manera correcta, brindando un respiro para los científicos detrás del proyecto.
“Antes del lanzamiento, el sensor fue probado rigurosamente, pero nada se compara con el cielo real en condiciones espaciales reales”, señala la agencia espacial.
Ciencia oscura
Ahora Euclid trabajo de forma correcta, empieza la etapa crítica del proceso.
El telescopio quiere responder una de las preguntas más fundamentales sobre nuestro universo: ¿qué es la supuesta materia oscura que constituye el 95 % del universo?
También responderá otras preguntas como ¿por qué nunca ha sido vista? o ¿cómo se formó?
El estudio de Euclid observará un tercio de todo el cielo, retrocediendo 10 mil millones de años para ayudarnos a comprender la física del Universo temprano y la formación de estructuras cósmicas.
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