Colossal Biosciences es una compañía de biotecnología que quiere traer de regreso animales. Además del Dodo, otro de sus proyectos es el mamut.
La biotecnología es una ciencia que está creciendo a pasos agigantados y está obteniendo un gran interés del público es inversores debido a uno de sus objetivos: traer de regreso a animales extintos.
En este esfuerzo, Colossal Biosciences se coloca como una de las pioneras en esta investigación. Ya había señalado su interés para hacerlo con el mamut lanudo, y ahora apunta a otra especie: el dodo.
El palan para traer de regreso animales extintos
La startup está celebrando diferentes rondas de inversión por valores que superan los 225 millones de dólares.
Para la compañía, la tecnología que emplearán no solo es demostrativa, sino que tendrá efectos en multitud de aplicaciones médicas que van desde la edición genética hasta mejorar las técnicas de fecundación.
El Dodo era un ave no voladora que tenía aproximadamente el doble del tamaño de un pavo y vivía en la isla de Mauricio, en el Océano Índico, a unos 885 kilómetros al este de Madagascar.
El último conocido fue asesinado a finales de 1600, después de que la gente llegara a la isla y cazara al ave como alimento, se apoderara de su hábitat e introdujera cerdos y monos que comían sus huevos.
Beth Shapiro, paleogenética líder de la compañía y profesora en la Universidad de California, Santa Cruz, ha estado tratando de extraer material genético del ave muerta durante la mayor parte de su carrera. Ha raspado el interior de cráneos de Dodo y en plantaciones de azúcar en Mauricio. Finalmente tuvo suerte con un espécimen bien conservado en un museo danés, y Colossal ahora dice que tiene el único ADN de Dodo completo de alta calidad conocido.
Tres al listado
El Dodo es el tercer animal desaparecido en la lista de tareas pendientes de extinción de Colossal. En marzo, la startup dijo que traería de vuelta al mamut lanudo, y en agosto se comprometió a resucitar al tigre de Tasmania, o tilacino, que fue declarado extinto en la década de 1930.
Los expertos de la compañía mencionan regularmente la carrera espacial cuando analizan las perspectivas de la compañía como un ejemplo de un objetivo aparentemente imposible que no solo se alcanzó con el tiempo, sino que también generó invenciones colaterales que todavía usamos hoy.
“Lo bueno de estas especies extintas es que son problemas de sistemas”, señala el cofundador Ben Lamm a Bloomberg. Resolver un problema de sistemas requiere innovación en múltiples áreas y, por lo tanto, crea avances que pueden generar más efectos secundarios. “Es como el alunizaje. Eso fue un problema de sistemas”.
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