Una investigación publicada en el periódico científico Science Advances indica que la mayoría de rocas que componen el lugar parecen compartir su origen con las que se encuentran en un bosque prehistórico.
Una zona de gran actividad prehistórica en Inglaterra podría tener la respuesta al misterio que rodea al Stonehenge, la maravilla neolítica en el sur inglés, que durante siglos ha cautivado a historiadores y arqueólogos.
De acuerdo con una investigación publicada este miércoles en el periódico científico Science Advances, la mayoría de las piedras gigantes que componen el lugar, conocidas como “sarsens”, parecen compartir un origen común a 25 kiilómetros de distancia, en el bosque West Woods.
Estos hallazgos refuerzan la teoría de que los megalitos fueron llevados a Stonehenge prácticamente al mismo tiempo: unos 2 500 años AC, en la segunda fase de construcción del monumento, lo que a su vez podría ser una señal de que sus constructores pertenecían a una sociedad altamente organizada.
El estudio también contradice planteos previos de que una gran roca específicamente, la Heel Stone, pertenece a las inmediaciones del lugar y fue erigida antes que el resto.
El director de la investigación David Nash, profesor de geografía física en la universidad de Brighton, dijo que la tecnología requerida para analizar las piedras, que tienen hasta nueve metro de altura y pesan casi 30 toneladas métricas, no existía hasta hace poco. Agregó que junto a su equipo usaron rayos-X portátiles para analizar la composición química de las rocas, que son 99% sílice, pero contienen trazas de varios otros elementos.
"Eso nos reveló que la mayoría de las piedras tienen una composición química común, lo que nos llevó a determinar que lo que estamos buscando aquí es una única fuente", indicó el investigador.
Luego, examinaron dos muestras medulares de una de las rocas que se habían obtenido durante los trabajos de restauración realizados en 1958, pero que se habían perdido hasta que reaparecieron en 2018 y 2019 respectivamente.
Practicaron a las muestras una técnica de análisis más sofisticada llamada espectometría de masa, que detecta un mayor abanico de elementos con más precisión. El resultado de la composición fue luego comparado con 20 posibles lugares de origen de estas rocas sedimentarias, siendo West Woods y Wiltshire los lugares más afines.
Traslado de rocas
Investigaciones previas descubrieron que las piedras más pequeñas de Stonehenge vinieron de Gales, unos 200 km al oeste. El nuevo estudio asegura que esas piedras y las "sarsen" fueron colocados al mismo tiempo.
"Así que debió haber sido un esfuerzo enorme en ese momento", sostuvo Nash. "Stonehenge es como una convergencia de materiales traídos de diferentes lugares", acotó.
Todavía se desconoce cómo los primeros británicos pudieron transportar 25 km las enormes rocas, aunque la idea predominante es que fueron arrastradas con trineos. Sin embargo, la significación del lugar sigue siendo un misterio.
"Creo que tenemos aquí a una sociedad muy organizada", señaló Nash.
En cuanto al por qué se eligió West Woods como origen de las piedras, el profesor consideró que pudo tratarse de pragmatismo, por ser uno de los lugares más cercanos.
Pero en la zona se ha detectado abundante actividad neolítica temprana, con numerosas tumbas -conocidas como túmulos-, grandes excavaciones circulares y una roca que se utilizaba para afilar hachas.
Nash dijo que el método ideado por el equipo de investigación podría ayudar a responder más interrogantes arqueológicas, como la ruta utilizada para transportar las piedras, que podría determinarse si se hallan lascas de las enormes rocas en los puntos de referencia. Agregó que espera utilizar esta técnica en otros lugares donde se erigen “sarsens”.
AFP
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