Como parte del ciclo Tierra en trance, dentro del Festival de Cine de Lima, siete realizadores se reunieron para conversar acerca de la producción de cine regional; aunque ellos rechazan la etiqueta.
¿De qué hablamos cuando hablamos de cine regional? Una provocadora pregunta que sirvió como eje central en una charla ─entre siete realizadores procedentes de Ayacucho, Huancayo, Puno, Arequipa y Trujillo─ que participan en el ciclo Tierra en Trance del 22° Festival de Cine de Lima PUCP. Entre las diferentes miradas, se escuchó un pedido en común: no más etiqueta regional, es cine peruano producido en regiones. Y en cada una se producen cintas tan variadas como multicultural es nuestro país.
Para Nelba Acuña es una forma de discriminación: "Mientras en el cine se maneje ese concepto de cine peruano y regional, se va a seguir incidiendo en una diferenciación en cómo vivimos los peruanos: con discriminación. Ese término debe quitarse para dar paso a lo que somos, peruanos haciendo producciones".
Primero fue cine indígena, luego provinciano. "Ahora es más moderado: regional", recuerda Flaviano Quispe, director de "El hijo del viento". Para él, estos trabajos cinematográficos permiten conocer mejor nuestro país y afianzar nuestra identidad.
"El cine regional es un reflejo de lo que sucede en Perú", complementa Karina Pacheco, cineasta de "Cable a tierra". La pluriculturidad se refleja en los géneros y el mensaje pues hay pocos puntos en común entre una cinta de Juliaca y de Trujillo, apunta Luis Ramos, asesor de distribuición y promoción de "Wiñaypacha". "El cine fuera de Lima es fundamental, sin eso simplemente no existe el Perú".
ESCENA 1: LOS INICIOS
Méliton Eusebio y Flaviano Quispe -directores de "Bullying maldito" y "El hijo del viento", respectivamente- recordaron sus inicios precarios y artesanales. Usando cámaras VHS y contratando a camarógrafos de bodas. Con la precariedad se incentivó la creatividad, recalca Omar Forero director de "Chicama".
Desde 1996 hasta la actualidad se han realizado alrededor de 200 largometrajes y decenas de cortos, fuera de Lima. Un trabajo que permitió mostrar nuevos rostros y escenarios, además de reflejar historias cotidianas de sus ciudades.
ESCENA 2: EL PRESENTE
En los últimos años, filmes como "Wiñaypacha" y "Retablo" (grabadas en aymara y quechua, respectivamente) han conseguido premios en el extranjero. Otras ficciones como "Chicama" y "La casa rosada" han ayudado a consolidar las producciones de regiones. La valla queda alta y los cineastas buscan superarla. "Una característica del provinciano es ser progresista", apunta Méliton apoyado por sus compañeros.
Las limitaciones se mantienen: algunos técnicos o equipos que permanecen en Lima, la limitada distribución y la invisibilización. Temas que esperan cambien en el futuro.
ESCENA 3: ESTRENO EN LIMA
Por años, los cineastas tuvieron como primer espacio de exhibición en Lima: el Centro Cultural Cafae-Se. Jacqueline Riveros, directora de "Yawar Wanka", recuerda emotiva la primera vez que llegó al mercado limeño aunque la función haya sido de ingreso libre. Un mercado que aún resulta imprescindible.
ESCENA 4: EL FUTURO
Para Méliton Eusebio, una necesidad es la creación de escuelas descentralizadas para no depender de los especialistas en Lima. En tanto, Nelba Acuña (que ha trabajado como productora en distintas cintas de Palito Ortega) considera que, en unos 20 años, se verá una mejora para crear un cine peruano que conjugue la "mirada social, política y romántica".
Más información sobre el ciclo Tierra en trance que forma parte del Festival de Cine de Lima.
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