El debate sobre el consumo de alimentos propios dentro de las salas continúa. Periodistas especializados consideran, sin embargo, que la calidad de la proyección en los cines es un tema más importante.
La resolución 219 del Indecopi, la cual prohíbe a los cines restringir el ingreso de los usuarios con alimentos adquiridos en otros establecimientos, ha causado polémica. Las cadenas Cinemark y Cineplanet tenían plazo hasta el viernes 2 de marzo para retirar los carteles de la discordia, sin embargo Cineplex (operadora de Cineplanet) informó que la orden había sido suspendida hasta que Indecopi confirme una nueva fecha.
En este contexto se han formado dos bandos marcados entre quienes insisten en que el acto de ir al cine es disfrutar de la proyección de una película sin mayor distracción; y los que prefieren hacer de su visita una experiencia en la que se pueda hablar, comer y usar el celular.
"Yo soy un cinéfilo que odia que la gente coma en el cine pero no voy a poder hacer nada contra eso. No se puede. El cine tiene la libertad de vender lo que quiera, pero no están respetando la calidad de su proyección hace mucho tiempo", dijo a RPP Noticias Alberto Castro, director del blog En Cinta.
Por su parte, Laslo Rojas, director de la página Cinencuentro, agrega: "El público conocedor del cine, que va a disfrutar una película, ya no es público de los multicines. El público que va en su mayoría, disfruta otras cosas, como comer en la sala, revisar su celular, conversar entre ellos... la película está ahí, pero no pasa nada si salen al baño o a responder una llamada. La película ya no es esa entidad sagrada que es para los cinéfilos".
Alberto Castro aseguró que es importante dejar las cosas claras para evitar confusiones. La medida no prohíbe que los cines dejen de vender comida, sino que el público tendrá la potestad de decidir dónde adquiere sus alimentos, los mismos que deben cumplir características similares a las que se expenden en su dulcería.
EL PROBLEMA DE LA CALIDAD
El director de En Cinta considera que un tema aún más importante por discutir es la baja calidad de proyección que ofrecen las salas de cine. Para él, los consumidores pagan por la mitad de lo que reciben, y esto se evidencia en la mala calidad de imagen, sonido mal ecualizado, salas con luz filtrada e incluso créditos cortados antes de acabar la película.
"El peruano no es muy exigente a la hora de consumir cosas. Lamentablemente, quienes van al cine creen que esa es la calidad máxima. Así como existen estándares de calidad en la comida, debería haber un estándar en la proyección. El espectador no sabe que le están dando un servicio incompleto. Y esto pasa en todos los cines, desde las zonas residenciales hasta la periferia de Lima", reveló.
Laslo Rojas considera que gran parte de las salas de cine descuidan el eje principal de su negocio, que son las películas. "Muchos de los proyectores no están al 100%, a veces se corta la película desde los créditos finales. Los cines no consideran a la película con la importancia que se merece y se aprovechan de que el público no se queja", dijo.
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