No mandemos al Perú por la borda
La reforma integral de los sistemas pensionarios en el Perú es un tema muy complejo que hay que estudiar con profundidad y analizar las distintas experiencias a nivel mundial.
Director de la Carrera de Economía de la Universidad de Lima. Ha sido Director de Administradoras de Fondos de Pensiones en el Perú, Colombia y República Dominicana; Presidente de Directorio del Banco de Desarrollo del Perú COFIDE; Director de la Bolsa de Valores de Lima y de CAVALI. Maestría en Banca y Finanzas por la Universidad de Lima, con estudios doctorales en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Politécnica de Cataluña, España.
La reforma integral de los sistemas pensionarios en el Perú es un tema muy complejo que hay que estudiar con profundidad y analizar las distintas experiencias a nivel mundial.
En el corto plazo, dos prioridades: salud e ingresos. Dicho de otra forma: no morir de coronavirus, pero tampoco morir de hambre.
Se trata de plantear políticas que consideren dos pilares: uno productivo y otro financiero.
Es fundamental que el Perú recupere una tasa de crecimiento del 7 % para acelerar nuestro camino al desarrollo económico y social.
El Perú se encuentra, al igual que Chile, entre las naciones del mundo más estables macroeconómicamente. Sin embargo, eso no es suficiente para el logro de su desarrollo.
El Perú ha avanzado significativamente en los últimos veintinueve años; sin embargo, si se quiere lograr el tan ansiado desarrollo, no hay que olvidar la necesidad de un crecimiento económico con el mantenimiento de los equilibrios básicos, implementando paralelamente políticas que permitan un país más inclusivo, con equilibrios sociales.
En el último medio siglo, de acuerdo con cifras del Banco Mundial, solamente en el año 2009 el resultado del crecimiento de la economía del orbe fue negativo, con una tasa de crecimiento de -1,7 %, principalmente como consecuencia de la crisis del mercado inmobiliario en Estados Unidos.
La evidencia empírica muestra que existe una relación directa entre el grado de apertura de un país al mundo y el nivel de desarrollo alcanzado.
Una sociedad estable requiere que todos sus habitantes tengan acceso a la seguridad social. La seguridad social es parte importante de la institucionalidad de un país.