Una sinfonía es una obra musical para orquesta dividida en varios movimientos de larga duración con unidad de tono. Hoy todos somos parte de la “Orquesta Sinfónica Nacional”, un solo gran grupo musical que interpreta, de forma muy armónica, la misma partitura, en permanente elaboración. No se trata de pensar en una competencia entre músicos de dos o más orquestas, sino de buscar a los mejores músicos, especialistas en sus instrumentos, y a un gran director de orquesta que cuente con miles de asesores para la creación de una gran sinfonía, de una gran obra maestra llamada Sinfonía Perú.
Esa gran melodía tiene un tiempo inmediato y otro mediato. En lo inmediato, el corto plazo, trabaja en la salud de los músicos y en el mantenimiento de su economía, de sus ingresos. En lo mediato, el largo plazo, trabaja en abrir líneas de apoyo y en mejorar la infraestructura, en más y mejores instrumentos, en más y mejores auditorios y teatros con tecnología de punta. Y, por supuesto, en más y mejor educación para los músicos del mañana.
Sucede que todos, en lo cotidiano, debemos convertirnos en un solo grupo humano para combatir la pandemia de COVID-19 con una sola estrategia de corto y largo plazo implementada de forma coordinada. En el corto plazo, dos prioridades: salud e ingresos. Dicho de otra forma: no morir de coronavirus, pero tampoco morir de hambre. Sobre lo primero, la experiencia mundial se centra en ubicar a los contagiados y evitar la propagación del virus. En ambos frentes se está actuando mientras se descubre una vacuna. Sobre lo segundo, lo esencial es no cortar la cadena de pagos, el aparato circulatorio de la economía. Se debe proveer de liquidez a todos los agentes económicos, y en eso están trabajando el Ministerio de Economía y Finanzas, el Banco Central de Reserva y la Superintendencia de Banca y Seguros. Es esencial no tomar medidas que pudieran afectar significativamente a las futuras generaciones, como la destrucción de nuestros sistemas pensionarios.
En el largo plazo, lo esencial es recuperar el crecimiento económico y el desarrollo humano. Aprovechar la emergencia para definir factores importantes que permitan un mejor futuro. Pensar, solo por profundizar en una variable de muchas, en el llamado producto bruto interno potencial, esto es, en preparar el escenario para lograr no solo una mayor tasa de crecimiento del PBI en el 2021, cuando posiblemente exista un récord histórico de crecimiento después de la altamente probable contracción del presente año, sino un crecimiento sostenido de entre 5 % y 7 % durante la próxima década. Obtener niveles de crecimiento que permitan al fin eliminar el problema de la pobreza en todas las regiones del Perú.
Se ha elaborado un plan que considera niveles de gasto e inversión de hasta un 12 % del PBI. Un factor para el éxito de ese plan, pensando en el largo plazo, es lograr una mejora significativa de la productividad, lo que a su vez requiere de la mejora de la infraestructura nacional. Ya existe un plan nacional de competitividad y otro de infraestructura. Tomando en cuenta el modelo exitoso de los Juegos Panamericanos Lima 2019, ¿por qué no llevar adelante un grupo específico de proyectos? Estos se sumarían al Aeropuerto Jorge Chávez y a la Línea 2 del Metro de Lima, ambos ya en ejecución. Quizás concentrarse en la infraestructura de salud y educación a nivel nacional, quizás terminar la red de metros de la capital o el tren de cercanías de Huacho a Ica, inversiones que contribuirían a la dinámica de la economía, pero sobre todo permitirían un mejor futuro.
Terminemos de componer esa gran obra llamada Sinfonía Perú con las mentes más brillantes y los corazones de todos los que habitamos en esta tierra.
Comparte esta noticia