El Perú creció en promedio un 7,28 % en el lustro que va del año 2004 al 2008, el mayor crecimiento promedio anual considerando períodos de cinco años en las últimas tres décadas. Adicionalmente, nuestro país está creciendo sostenidamente durante los últimos 21 años, algo nunca logrado en el último siglo, como se puede observar en la serie histórica que publica el Banco Central de Reserva en su Memoria Anual 2018 y que presenta datos desde el año 1922. Sin embargo, si consideramos un promedio móvil de cinco años, el ritmo de crecimiento viene disminuyendo desde 2014, de un nivel de 5,84 % promedio quinquenal a un estimado de 3,22 % al cierre del promedio quinquenal de este año. Más aún, de haber crecido por encima del promedio mundial, el Perú viene creciendo por debajo del promedio del mundo los últimos años, según datos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. En 2019, el país crecerá a aproximadamente 2,3 % versus una tasa de crecimiento de alrededor de 3,0 % en el caso del mundo.
Es fundamental que el Perú recupere una tasa de crecimiento del 7 % para acelerar nuestro camino al desarrollo económico y social; de esa forma, en diez años, se habrá logrado duplicar nuevamente el tamaño de nuestra economía y mejorado significativamente el producto bruto interno per capita, considerando que la población del país crece a un nivel aproximado de 1,1 % anual. No hay que olvidar que el crecimiento económico es una condición necesaria, aunque no suficiente, para convertirnos en un país desarrollado.
Es fundamental incrementar el crecimiento del PBI potencial, esto es, nuestra capacidad productiva de largo plazo, lo cual depende no solamente de los stocks de capital, trabajo y recursos naturales, sino, sobre todo, de la tecnología y las habilidades de los trabajadores y de los empresarios, lo cual implica mejorar significativamente nuestros estándares educativos. El país tiene que incrementar su competitividad, para lo cual hay que llevar a la práctica el Plan Nacional de Competitividad y Productividad y el Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad, elaborados ambos por el Estado peruano y publicados en julio del presente año por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Asimismo, se deben buscar los mecanismos de coordinación permanente entre los sectores público y privado. Este último sector presentó en noviembre, en la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE 2019), su “Informe de competitividad 2020”.
Pasando revista a los principales factores que contribuirán con la mejora de competitividad incluidos en el Plan Nacional de Competitividad y Productividad, por ende, con un mayor crecimiento del PBI y la mejora de los niveles de vida de los peruanos, se deben tomar en cuenta nueve aspectos principales:
- mejorar la infraestructura económica y social,
- fortalecer el capital humano,
- desarrollar las capacidades de innovación y transferencia de mejoras tecnológicas,
- crear o mejorar los mecanismos de financiamiento doméstico e internacional,
- volver más dinámico y competitivo el mercado laboral,
- desarrollar un ambiente de negocios productivo que a su vez genere empleo digno,
- impulsar la mejora de las condiciones del comercio exterior de bienes y servicios,
- fortalecer la institucionalidad
- y tener siempre presente la sostenibilidad ambiental.
Por otra parte, en el “Informe de competitividad 2020”, preparado por el Consejo Privado de Competitividad, se mencionan algunos factores adicionales como la mejora del sistema de justicia, la eficiencia del sector público y la mejora del sistema de salud.
En resumen, si queremos lograr el desarrollo, se requiere trabajar en infraestructura de todo tipo y en aquellos factores que van a permitir la mejora del capital humano. El Perú debe convertirse en un país más predecible, que atraiga la inversión, y eso no se logrará si no consolidamos las instituciones que favorezcan el fortalecimiento de la democracia formal y de la economía de mercado.
Recordemos las ideas de Winston Churchill, en su etapa liberal, hace aproximadamente cien años, cuando consideraba que, si bien la democracia formal y la economía de mercado no eran perfectas hasta aquel entonces, y muy probablemente no lo son hasta ahora, no se ha descubierto nada mejor para el progreso de la humanidad.
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