La tecnología en el sistema de reconocimiento facial será de utilidad contra la criminalidad, pero hay que estar preparados para saber usarla con eficiencia.
Hemos confiado ciegamente en la tecnología para tomar decisiones: desde sugerirnos qué podemos vestir, hasta indicarnos qué rutas debemos tomar cuando queremos llegar a un destino. El futuro de la tecnología en el sistema de seguridad nos indica que el reconocimiento fácil nos ayudaría a identificar a las personas, identificar dónde han estado y poder protegernos de potenciales amenazas. Los temores de lo que esto podría implicar para nuestra privacidad y nuestro derecho de actuar con libre albedrío han ido incrementando, especialmente cuando escuchamos que estas tecnologías se están desarrollando más rápidamente en Estados Unidos y China.
En lo que podría ser el primer caso mediático, un programa de reconocimiento facial dio incorrectamente un match que llevó al arresto de una persona, Robert Williams, por un crimen que no cometió en Estados Unidos.
Los sistemas de reconocimiento facial se vienen usando desde hace dos décadas por la policía norteamericana. Sin embargo, estas tecnologías han demostrado que, a pesar de que son efectivas para reconocer rostros de personas de piel blanca, no muestran la misma precisión para identificar a personas de otros grupos étnicos. Con los problemas de desconfianza y acusaciones de racismo con los que se han apuntado a la policía de estos países, el que se añadan programas que no sepan identificar adecuadamente a personas de diferentes demografías no hace sino agravar el problema presente de la confianza en las autoridades.
El problema de estas tecnologías es que depende dónde fueron producidas, pues si, por ejemplo, fueron producidas en China, estas fueron entrenadas con información de personas en China, por lo que serían efectivas para predecir e identificar a personas de esta demografía, mas no a personas de otras características. De igual manera, en Estados Unidos, estas tecnologías han sido entrenadas con personas de raza blanca, por lo que su imprecisión para identificar personas afrodescendientes o latinas sigue pendiente. Estas tecnologías llegarán inminentemente a nuestros países, sin embargo, la confianza que podamos depositar en que puedan identificar a personas en nuestra sociedad sin haber antes aprendido de nosotros se verá limitada. La tecnología del reconocimiento facial tendrá una utilidad importante para combatir la criminalidad, pero su uso adecuado también lo será.
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